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Evo Morales salta de las barricadas a las mariscadas: avión privado, golf, jacuzzi y coche blindado

Evo Morales salta de las barricadas a las mariscadas: avión privado, golf, jacuzzi y coche blindado

Su amigo, socio y admirador Pablo Iglesias debe estar que trina de envidia (El arzobispo de Sucre critica que califiquen a Evo Morales como una ‘bendición de Dios’).

A fin de cuentas, lo suyo no ha sido más que pasar de un pisito en Vallecas a un casoplón en Galapagar (Vídeo: La borrachera que se dieron los parlamentarios afines a Evo Morales en la Asamblea de Cochabamba).

Evo Morales es el político con más años en la presidencia de la historia de Bolivia (Pablo Iglesias: De indignado vallekano con pisito de protección oficial a ‘marqués de Galapagar’ con casoplón millonario).

Llegó al poder en nombre del socialismo, con los votos que le dio el novedoso relato de ser el primer indígena que aspiraba a ocupar la silla presidencial para liberar a las mayorías populares de una oligarquía sumisa al imperialismo estadounidense (¿Todavía no has visto la chirigota que arrasa en los Carnavales cachondeándose del casoplón de Iglesias?).

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14 años después, atrás quedó la imagen del humilde aymara que causó revuelo con su típica chompa de lana a rayas en su primera incursión por territorio europeo como jefe del Estado boliviano (La Iglesia de Bolivia pide respetar el referéndum que negó la reelección de Evo).

Como subraya Tuffí Aré Vásquez en el largo reportaje que este 21 de abril de 2019 publica en Infobae, Evo Morales Ayma ya no es el dirigente sindical que escuchaba los partidos del mundial de fútbol por un radiotransistor con sus compañeros de lucha en Chapare, una de las principales regiones productoras de coca.

Ahora viaja en el avión Falcon 900 EX EASY, fabricado inicialmente para el club Manchester United, a ver los partidos inaugurales de los grandes torneos de fútbol. Aunque la selección boliviana no va desde 1994 a un Mundial, Evo Morales ha presenciado en las tribunas las inauguraciones de las competencias de Sudáfrica, Brasil y Rusia.

Su inclinación hacia este deporte han convertido en una rutina sus partidos televisados en directo varias veces por el canal público.

Ha conformado un equipo con futbolistas de su cuerpo de seguridad y tiene como rivales permanentes, cuando a viaja a inaugurar obras, a ex mundialistas encabezados por el mítico astro boliviano Marco Antonio «El Diablo» Etcheverry.

En sus giras por el exterior del país ha enfrentado con la camiseta 10 en las canchas a los presidentes Mauricio Macri, de Argentina, y Sebastián Piñera, de Chile. Fresca está también la imagen del partido que jugó con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, a quien pretende convencer de que Bolivia sea subsede en 2030 de un Mundial, junto a Argentina, Paraguay y Uruguay.

Ha tenido también como compañeros y contendores en las canchas a Diego Armando Maradona, a quien propuso ser DT de la selección boliviana, y a otros ex cracks como el español Fernando Hierro, el brasileño Cafú, el colombiano Faustino Asprilla y los argentinos Martín Palermo, Pablo Aymar y Diego Latorre.

Un alcalde de su partido, que presidió el club Sport Boys, lo registró en 2014 como jugador de la primera División de la Liga boliviana.

Pero además de su pasión por el fútbol, Evo Morales se ha mostrado en los medios como un presidente empeñado en estar en buen estado físico. Hace unas semanas hizo que los periodistas filmaran su rutina de 200 abdominales por día y alguna vez los desafió a sostener con él esa práctica. En la nueva Casa Grande del Pueblo hizo instalar gimnasio, jacuzzi, una sala para masajes y sauna.

Las críticas de la oposición a su estilo de vida, por los costos que representan, no han impedido que el pasado fin de semana aparezca en una nueva faceta de deportista en el campo de La Victoria Club Golf, del departamento de Tarija.

Frente a esa imagen difundida por los diarios y medios digitales, el ex jefe de redacción de los periódicos La Prensa y Página Siete, Marco Zelaya, escribió en su cuenta de Twitter:

«Tiene un avión Falcon, se desplaza en helicóptero, en su Palacio consumen 2.000 bolivianos (casi 300 dólares) de carne por día, admira a Suleimán y ahora juega golf. Orinoca (su pueblo natal) regaló a Bolivia a un gran capitalista».

El mismo periodista amplía su crítica en un contacto con Infobae:

«El poder lo transformó. Hace todo lo contrario de lo que predicó para llegar al poder. Se volvió adicto a los ingresos del gas. El Evo del discurso progresista cambió. Ahoran tenemos a un desarrollista, que no tiene más modelo que la explotación de materias primas como el gas y los minerales».

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Trabajar en el aire, una costumbre costosa

Habían transcurrido poco más de cinco años de Gobierno cuando empezaron las negociaciones de compra directa del avión Falcon que usa el presidente de Bolivia en la mayoría de sus viajes, por un valor de 38 millones de dólares.

Cuatro años más tarde, en enero de 2014, el transporte presidencial y la seguridad de Evo Morales fueron reforzados con la adquisición mediante licitación de un vehículo Lexus blindado y cuatro vagonetas, por un valor cercano a 1 millón de dólares.

Hace unas semanas, el diario Los Tiempos reveló que últimamente el presidente se traslada entre tres y seis veces al día desde la residencia presidencial del barrio de San Jorge, en La Paz, hasta el helipuerto de la nueva Casa Grande del Pueblo, para cubrir solo 4 kilómetros, y hasta el hangar presidencial, para recorrer 9 kilómetros.

El primer tramo transitado tiene una duración de cinco o seis minutos. El experto en aeronáutica, Saúl Montaño, citado por ese medio, calcula el costo de una hora de vuelo en helicóptero entre 1.000 y 2.000 dólares. En uno corto gastaría alrededor de 250 dólares.

Frente a las críticas a los gastos de estas operaciones, el presidente asegura que no es un lujo usar helicópteros en el recorrido de tramos cortos y largos.

«El helicóptero y el avión presidencial son un instrumento de trabajo. Es como para ustedes la yunta, el pico, la pala y el arado, es para trabajar».

El presidente, que suele viajar cada día a entregar obras hasta en cinco departamentos de los nueve de Bolivia, explicó que a veces el tiempo no le alcanza ni para comer y ha convertido, por ese motivo, las aeronaves en dormitorio, oficina o comedor.

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Otros dos ministros justifican el uso de los helicópteros. Manuel Canelas, de la cartera de Comunicación, cuestionó la polémica e hizo notar que el presidente usa el medio de transporte más rápido para cumplir una agenda que «no es de ocio, sino de trabajo».

Javier Zavaleta, titular de Defensa, afirma que Evo Morales no usa las naves para irse de fiesta o de paseo.

«El Gobierno trata de garantizar que el presidente llegue a la última comunidad, al último municipio del país».

El Presupuesto General del Estado ha destinado en 2019 una partida de 20 millones de bolivianos (unos 3 millones de dólares) para la gestión del avión presidencial

Morales tiene a disposición para volar el avión francés Falcon y dos helicópteros Eurocopter. Y todo a cuenta del sufrido contribuyente, como su amigo Pablo Iglesias en España.

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