Dictadura en Venezuela

El narcogeneral chavista Hugo Carvajal, detenido en Madrid, conspiró para introducir cocaína en EEUU

El narcogeneral chavista Hugo Carvajal, detenido en Madrid, conspiró para introducir cocaína en EEUU
Hugo Chávez y Hugo Carvajal

Las relaciones entre la dictadura de Nicolás Maduro y el narcotráfico cada vez son más escabrosas. Estados Unidos acusa al ex jefe de la Inteligencia Militar de Venezuela, Hugo Armando Carvajal, apodado ‘El Pollo’, de «conspirar» para «coordinar el transporte de aproximadamente 5.600 kilogramos de cocaína de las FARC» en dirección a su país. La orden de extradición contra el general, que provocó su arresto hace un mes a las afueras de Madrid y su posterior encarcelamiento en la prisión de Estremera por orden de la Audiencia Nacional, argumenta que quien fuera alto mando durante los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, fue el responsable de la «coordinación del transporte» de la referida cantidad de droga «desde Venezuela a Toluca (México) el 10 de abril de 2006», apunta El Mundo. ( El narcogeneral chavista Hugo Carvajal podrá revelar los vínculos entre Maduro y Hezbollah)

Según el informe remitido por las autoridades americanas a la Audiencia Nacional, Carvajal, que «fue director de la Dirección de Inteligencia Militar de Venezuela desde mediados del 2000 hasta diciembre de 2011″ y posteriormente diputado oficialista, «trabajó con otros funcionarios venezolanos para facilitar el transporte de cocaína» de la guerrilla colombiana. Asimismo, responsabiliza al antiguo responsable de la denominada Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) de «proporcionar otras formas de apoyo» a las FARC en su objetivo de «producir cocaína e importarla a Estados Unidos» entre las que destaca la «provisión de armas» para garantizar la seguridad del transporte de la mercancía. ( Juez Mildred Camero: «El general Hugo Carvajal tiene el listado de todos los militares chavistas narcotraficantes»)

Por su parte, el general venezolano encargado por Chávez y Maduro de blindar su posición frente a cualquier tipo de operación de espionaje interna o externa, poco antes de su detención había decidido respaldar públicamente a Juan Guaidó. De esta manera se convirtió en uno de los pocos miembros destacados de las Fuerzas Armadas que abandonaban a Maduro tras denunciar que los cuerpos de seguridad venezolanos se habían convertido en instrumentos de «atropellos, vejación, tortura y terror».

Por ello realizó un llamamiento a los militares para que se rebelaran contra el presidente que contó con escaso éxito. Carvajal siempre ha negado las acusaciones de narcotráfico y se ha declarado inocente. No obstante, todavía no ha prestado declaración ante la Justicia española a la espera de confeccionar su estrategia de defensa con su nuevo abogado, Antonio Cabrera.

Mientras tanto ha aprovechado, ya desde la cárcel española y a través de un reciente comunicado, para reiterar su apoyo al líder opositor y presidente de la Asamblea Nacional venezolana. Al mismo tiempo se ha mostrado dispuesto a poner a disposición de la Justicia española sus «privilegiados conocimientos» sobre «la estructura y los engranajes del funcionamiento criminal del gobierno usurpado por Nicolás Maduro». Por lo que ofrece «información de calidad, precisa y útil» con el fin de promover «la transición en Venezuela» y se ha comprometido a «colaborar sin reservas con los jueces españoles en cuantos planos sean razonables y estén motivados».

La orden de detención internacional cursada por la Justicia española detalla asimismo que Carvajal, que llegó a dirigir la Oficina Nacional contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento del Terrorismo de Venezuela, «se reunió en múltiples ocasiones con líderes de las FARC y narcotraficantes asociados con el fin de ayudar a transportar cocaína fuera de Colombia, a través de Venezuela, y en última instancia con destino a Estados Unidos y otros lugares».

Las autoridades americanas se centran en una operación de tráfico de drogas concreta, efectuada en abril de 2006, cuando «la carga de cocaína de 5.600 kilogramos mencionada anteriormente se transportó en un avión desde Venezuela a México pero se vio obligada a aterrizar en Campeche debido a fallos mecánicos». «Cuando el avión aterrizó», prosigue la orden de detención contra Carvajal, «la policía mexicana incautó la cocaína y detuvo a uno de los dos pilotos». «El otro escapó y finalmente regresó a Venezuela», añade el documento.

Por todo ello, Estados Unidos arguye ante la Justicia española que «una persona acusada de fabricar o distribuir narcóticos ilegales fuera de su jurisdicción territorial» así como de «importarla ilegalmente» al país debe ser «juzgada en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en el punto de entrada por el que dicha persona ingrese en el país». «En este caso», puntualiza, en «el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York».

Carvajal, que cuenta con una trayectoria de más de 30 años en el Ejército venezolano, ya fue objeto de un intento de extradición por parte de Estados Unidos en 2014, cuando le acusó de estar vinculado con el denominado cártel de Los Soles, que es como se bautizó a un grupo de integrantes de las Fuerzas Armadas de Venezuela dedicado al tráfico de drogas. Entonces fue detenido en la isla caribeña de Aruba, dependiente de Holanda, aunque fue liberado posteriormente. Entonces el presidente Maduro dijo que lo ocurrido había sido «una emboscada contra un soldado de la patria que está en servicio diplomático (‘El Pollo’ había sido nombrado cónsul de Venezuela en Aruba en 2014)» y añadió que lo defendería «con toda la fuerza del estado venezolano». Tildó su detención de «secuestro» y llegó a afirmar que «como jefe de Estado» se la «jugaba» por «el mayor general Carvajal».

Tras su reciente posicionamiento en contra de Maduro, el dirigente chavista Diosdado Cabello dijo que Carvajal había «negociado» con EEUU su cambio de bando a cambio de perdonarle las acusaciones de narcotráfico contra él. Sin embargo, meses después la Audiencia Nacional procedía a su detención a petición del Gobierno de Donald Trump. Estados Unidos ya dijo en 2014 tras la extradición frustrada de Carvajal que se encontraba «profundamente decepcionado» y buscó un desquite que ha llegado ahora gracias a la colaboración española.

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