Narcotráfico

«El Azul», el peligroso capo que México y EEUU no saben si está vivo o muerto

Esparragoza también ha sido encarcelado en tres ocasiones, pero a diferencia de Guzmán Loera, salió libre por la vía legal

"El Azul", el peligroso capo que México y EEUU no saben si está vivo o muerto
Juan José Esparragoza, “El Azul”

Antes de unirse a dos de los más célebres narcotraficantes de México: Ismael «El Mayo» Zambada y Joaquín «El Chapo» Guzmán, Juan José Esparragoza «El Azul» trabajó como detective en la Dirección Federal de Seguridad, una agencia de inteligencia del gobierno mexicano. («Es peor que Pablo Escobar»: la historia del único narco extraditado dos veces a Estados Unidos)

Ahí comenzó a involucrarse con policías corruptos vinculados al crimen organizado y más tarde se convertiría en uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara, una organización criminal que llegaría a manejar casi todas las operaciones de droga en México entre finales de 1970 y la primera parte de los ochenta. (Asesinatos, fuga y caída de «Chupeta», el capo narco que se cambió la cara y fue entregado por su novio)

Sin embargo, su papel en el narcotráfico es menos conocido que el de sus compañeros del Cártel de Sinaloa.


Se presume que nació el 3 de febrero de 1949 en Huixiopa, una comunidad que no supera los 500 habitantes y que se encuentra ubicada en Badiguarato: el mismo municipio sinaloense que vio nacer al «Chapo» Guzmán.

En la última década del siglo pasado, las autoridades de Estados Unidos lo apodaron el «peacemaker» (conciliador), debido a que distintos reportes de inteligencia detallaron que organizó diferentes encuentros para acabar con las disputas violentas entre los cárteles de Sinaloa, de Juárez, de Tijuana y el del Golfo.

En esto coincide la organización InSight Crime, que señaló que «El Azul» sirvió como negociador e intermediario entre diferentes organizaciones de narcotraficantes.

De acuerdo con la revista Proceso, «El Azul» ingresó al negocio de las drogas financiando cultivos de marihuana y llegó a ser tan importante que su papel fue clave en el desarrollo de los narcotraficantes sinaloenses, en especial del Cártel de Sinaloa.

Cuando Esparragoza era uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, junto a Guzmán Loera y Zambada, sirvió como eslabón central en las relaciones familiares que había entre los grupos criminales. A menudo fue elegido como mediador en sus conflictos.

No son pocos los medios que lo han descrito como «un barón de la droga» y «el padrino de los padrinos» debido a su capacidad para resolver problemas con las autoridades y otros cárteles. Incluso lo han señalado como el encargado de mantener relaciones con mandos políticos, policiales y militares.

Al igual que «El Chapo», Esparragoza también ha sido encarcelado en tres ocasiones, pero a diferencia de Guzmán Loera, salió libre por la vía legal.

La primera se remonta a 1970, cuando fue detenido en Culiacán con 700 kilos de marihuana. De acuerdo con investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR), entonces se le acusó de delitos contra la salud y fue condenado a cinco años y tres meses en prisión, aunque nueve meses después salió libre tras una apelación.

Trece años más tarde, en 1983, fue detenido en Baja California. Según el semanario Zeta, antes de ser apresado intentó sobornar a los policías judiciales que lo capturaron con 7 millones de pesos en efectivo (USD 370.480). Aquella vez sólo estuvo tres meses tras las rejas, pues sus abogados argumentaron libertad por desvanecimiento de pruebas.

Tres años después volvió a ser detenido en Ciudad de México, en la exclusiva colonia de Polanco. Un año antes, el Cártel de Guadalajara había sido desarticulado por el asesinato de el ex agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, quien se había infiltrado en las entrañas de la organización.

En aquella ocasión, la PGR le congeló sus cuentas bancarias y le aseguró varias de sus propiedades en Querétaro, Jalisco y Sinaloa.

Un juez lo condenó por delitos contra la salud y le dictó una condena de 7 años con dos meses de prisión. En su primera declaración ministerial, «El Azul» dijo que que tenía unos 15 años de dedicarse al tráfico de drogas.

Las cosas cambiaron el 21 de marzo siguiente, cuando al ampliar su declaración negó estar vinculado con otros capos como Ernesto Fonseca Carrillo «Don Neto» y Rafael Quintero. La defensa de Esparragoza presentó un incidente de desvanecimiento de datos y el juez dio por válido el alegato, lo que se tradujo en una condena de solo 7 años por el delito de portación ilegal de armas.

En 1993 cumplió su condena y regresó a las operaciones del Cártel de Juárez. Poco después se le atribuyó el surgimiento de la Federación Sinaloense, una especie de congregación entre grupos del narcotráfico originarios de Sinaloa, que terminó por fracasar en 2008 tras la detención de Alfredo Beltrán Leyva, alias «El Mochomo».

En 1998 la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra la Salud anunció que ofrecía una recompensa de 4 millones de pesos por información que llevara a su captura.

Actualmente, la recompensa que ofrece la PGR es de 30 millones de pesos (USD 158.873), mientras que en Estados Unidos se ofrecen 5 millones de dólares.

En junio de 2014 se difundió la noticia sobre su muerte. Río Doce informó que «El Azul» habría fallecido a los 65 años tras sufrir un infarto provocado por complicaciones que padeció durante un accidente automovilístico. El medio citó «fuentes policíacas extraoficiales y personas cercanas a la familia del narcotraficante».

El fiscal Jesús Murillo Karam admitió horas después que no sabía nada al respecto. «No tenemos confirmado nada, yo no tengo información» declaró escuetamente a la prensa cuando fue interrogado en Madrid, donde se encontraba con el ex presidente Enrique Peña Nieto.

Miguel Ángel Osorio Chong, ex secretario de Gobernación, dijo en una conferencia de prensa: «El día de ayer corrió esta versión de este delincuente y lo que puedo decirles es que, como lo hemos hecho en el gobierno de la República, y en el gabinete de seguridad en lo particular, es que no damos ninguna información hasta que no estemos completamente seguros de que ésta sea cierta, hasta que no tengamos los elementos.»

El gobierno de Estados Unidos también guardó silencio, por lo que hasta el momento ninguno de los dos países ha podido confirmar la veracidad de la noticia. Es por esa razón que todavía aparece como uno de los fugitivos más buscados, tanto en la DEA como en la PGR.

Dos meses después del rumor fue detenido en la ciudad de Culiacán un hombre que aseguró ser hijo de » El Azul». Las autoridades lo identificaron como José Juan Esparragoza Jiménez.

Durante la declaración, aseguró que su padre había muerto de un paro respiratorio.

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