Brutales asesinatos

Las curiosas últimas horas de un condenado a muerte: dona su cena y se arrepiente de su brutal crimen

Donnie Johnson asesinó a su esposa Connie, lo había negado todos estos años pero se convirtió al cristianismo en prisión y finalmente pidió perdón

Las curiosas últimas horas de un condenado a muerte: dona su cena y se arrepiente de su brutal crimen
Donnie Johnson

Donnie Johnson, de 68 años, fue condenado a muerte por el asesinato de su esposa Connie Johnson en Memphis (EEUU). La mató poco antes de Navidad en 1984 al asfixiarla con una bolsa de basura que metió en su garganta cuando tenía 30 años y él 33. Este jueves él morirá por inyección letal. (Este asesino condenado a muerte se suicida en prisión harto de esperar que le pongan la inyección letal)

Los reclusos en Tennessee pueden gastar hasta $ 20 en una última comida antes de ser ejecutados, Donnie prescindió de esta última comida especial y donó su pizza vegetariana a personas sin hogar. (El psicópata asesino de la sinagoga de Pittsburgh será condenado a muerte y ejecutado)

Está programado que muera por inyección letal el jueves por la tarde en la institución de seguridad Riverbend Maxiumum en Nashville, Tennessee.

Mientras estuvo en prisión Jhonson se volvió muy religioso y se convirtió en miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, por lo que en las últimas semanas, los líderes religiosos, incluido el presidente de ese culto, le pidieron al gobernador de Tennessee, Bill Lee, que concediera clemencia a Johnson en su caso.

Los miembros de esa iglesia apoyaron desde el exterior a Jhonson y afirmaron que que el preso se sometió a una conversión religiosa y durante los últimos años se dedicó a predicar y ayudar espiritualmente otros prisioneros, informó Fox 17.

Sin embargo, Lee negó el martes indulto para Johnson y permitiría que su muerte por inyección letal continuara.

El equipo legal de Johnson había pedido al estado un indulto, alegando que había cambiado su vida de ser «un mentiroso, tramposo, estafador y un asesino» a un anciano inspirador de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que había ayudado a un gran número de personas en prisión.

La hijastra de Johnson, Cynthia Vaughn, hija de Connie Johnson de un matrimonio anterior, estaba entre las personas que le pidieron al gobernador Bill Lee que le diera clemencia.

Pero el hijo biológico de Jhon y Connie, Jason, creía que su padre debió ser ejecutado hace mucho tiempo.

La historia de desamor y el brutal crimen

Después de la secundaria, Connie Johnson se casó. Su primer marido la dejó cuando estaba embarazada de Cynthia. Luego estudió terminología médica en una universidad comunitaria en el condado de Desoto, haciendo malabares con el trabajo, sus estudios y siendo madre, dijo la hermana de Connie de nombre Davis a Commercial Appeal.

«Connie era una buena mujer, una madre preocupada por el bienestar de sus hijos, Jason (el hijo de Donnie y Connie) tenía sólo cuatro años cuando la mató. Ese hombre destruyó nuestras vidas, nada fue igual en nuestra familia desde que él nos la arrebató», dijo Davis.

Connie había trabajado en un consultorio médico en Memphis y conoció a Donnie Johnson. Más tarde se casaron y tuvieron a su hijo Jason.

En 1984, Donnie Johnson estaba trabajando en Force Camping Center en Memphis. Connie Johnson también trabajó allí hasta unos 18 meses antes de su muerte, ya que decidió dejar de trabajar porque su hija estaba comenzando la escuela, según The Tennessean.

El día de su asesinato, Connie estaba de compras de Navidad con su hermana Davis y su madre, compró una chaqueta, un regalo para su marido Donnie.

Johnson planeó estratégicamente matar a su esposa en su propio lugar de trabajo. Un médico forense del condado de Shelby afirmó que tenía cortes y contusiones en la cabeza y que había sangrado internamente. Su cuerpo también mostró signos de lucha, intentó defenderse cuando Johnson la mató.

Según los análisis, ella habría estado consciente durante la terrible experiencia y que de uno a cuatro minutos habría transcurrido antes de que expirara.

El juez de la Corte Suprema de Tennessee William Harbison escribió una opinión después de la condena por asesinato: «El homicidio fue inhumano y brutal en un grado casi indescriptible».

Un compañero de trabajo de Donnie Johnson, un ex presidiario que estaba terminando su sentencia con libertad condicional, lo ayudó a mover el cuerpo de Connie a su camioneta, que dejaron en el estacionamiento de un centro comercial.

Donnie Johnson había hablado sobre divorciarse de ella antes de su muerte, según testigos que declararon en el juicio. También aseguraron que Donnie tenía divorcios previos y no podía permitirse otro.

La policía que investigó el asesinato también creía que había señales de que Connie Johnson iba a dejar a su marido, informó el Tennessean, sin embargo aún quería luchar por mantener a su familia.

Johnson había admitido haber sido anteriormente infiel a Connie, aunque negó estar involucrado con otra mujer en el momento de la muerte de su esposa. Más de un año antes de su muerte, Connie Johnson había comprado una póliza de seguro de vida y nombró a Donnie como beneficiario principal y a su hermana como beneficiaria contingente.

Después de su muerte, tanto su hermana como Johnson habían hecho reclamos por el producto de la póliza de $50,000.

La transformación de un «mounstruo»

En una entrevista con WKRN en 2006 desde la cárcel, Johnson afirmó: «Yo desarrollé una relación personal con el Señor (Dios) que trasciende cualquier cosa que las palabras pudieran expresar realmente. Pero ahora tengo paz debido a esa relación que me permite lidiar con todo lo que tengo que tratar aquí».

Aunque al principio negó el asesinato y afirmó que su compañero de trabajo y ex presidiario había matado a su esposa solo, Johnson recapacitó y aceptó la culpa; en una declaración emitida por su abogado el miércoles, dijo que «no era un hombre sino un monstruo».

La carta de despedida:

Por todo eso y el dolor que he causado. Especialmente: a mi hijo Jason, a mi hija Cindy, y a la familia de Connie, humildemente pediría su perdón por el dolor que he causado y por tantos otros en mi vida.

Sin embargo, las palabras no parecen ser suficientes. Realmente lamento mi vida y lo que me convertí en el proceso. Sigo y seguiré llevando el dolor de todo lo que he causado a otros, a quienes amo.

Gracias a la persona que soy ahora y en quien me convertí me di cuenta que no era un hombre sino un monstruo. Estaba determinado a no aceptarlo y busqué al Señor porque estaba en el fondo de un precipicio y la única manera que me quedaba era subir hacia él.

Recuerdo algo de lo que había aprendido y oído en la iglesia, que la única posibilidad que me quedaba era llevarlo al Señor y lo busqué sinceramente, todavía lo hago cada día y lo seguiré haciendo hasta que encuentre mi último aliento aquí en esta tierra.

Fue la vida que yo había elegido la que me condujo al día más oscuro que jamás había experimentado y no fue sino hasta que tomé la responsabilidad por la muerte de mi esposa Connie podría recibir el perdón y comenzar en ese camino a la curación.

El Señor en su misericordia me ha perdonado y todo lo que puedo es rezar para que ustedes también lo encuentren en su corazón para perdonarme también, porque no hay manera de que yo pueda arreglar o tomar de nuevo a la persona que me había convertido, y no pasa un día en que no experimente el dolor de conocer el sufrimiento que he causado en tantos otros.

Porque mientras viva llevaré conmigo el peso de las cosas que he hecho y el dolor que he causado a otros, y continuaré orando para que el Señor me haga una mejor persona, para que pueda compartir un poco de esperanza y compartir el amor del Señor que se me ha mostrado.

Por favor perdónenme y pídanle al Señor que los ayude, consuele y alivie el dolor que han sufrido, el cual he causado y acepto ser el responsable. Lo siento de verdad y si supiera algo que pudiera hacer para aliviar su dolor lo haría gustosamente. En Cristo amor que el señor les dé paz.

Don Johnson

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