SE ACUMULAN LOS CASOS DE MUERTOS EN LOS PASILLOS

Colapso en la sanidad andaluza: mueren en Urgencias tras esperar más de once horas a ser atendidos

En las salas de espera de algunos hospitales han quitado sillones para colocar camas en su lugar

La Junta reconoce una deuda con proveedores de más de 800 millones de euros

El sistema sanitario andaluz no vive sus mejores momentos debido a muy distintos factores. El colapso en los servicios de urgencias, el cierre de quirófanos por los recortes, hospitales que llevan años construidos y que aún no están en funcionamiento, otros que están pendiente de una reforma que nunca llega o ser la última comunidad autónoma en gasto sanitario por habitante -978 euros por ciudadano-, hacen que la calidad de la Sanidad en Andalucía sea muy mejorable.

La gripe que azota España en las últimas semanas está agudizando las carencias en las urgencias de los hospitales andaluces. Una sala de espera es hoy en muchos centros de Andalucía todo un eufemismo, pues ya son tres los ciudadanos que han perdido la vida esperando ser atendidos.

Más de doce horas pasó un hombre de 72 años el día de Reyes en una silla de ruedas en las urgencias del hospital Virgen Macarena de Sevilla.

En el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva una mujer de 88 años falleció el 11 de enero en los servicios de cuidados mínimos de observación de Urgencia cuando esperaba para ser ingresada en el centro por una fractura en la cadera. El día antes había acudido al centro el sábado por la mañana.

Más delicado es el caso ocurrido en el Hospital de Jerez por tratarse de un enfermo de cáncer. Un hombre de 60 años falleció en plena sala de espera del departamento de Urgencias la Noche de Reyes cuando, ante la imposibilidad de ser ingresado, se le derivó en camilla a dicha estancia compartida con el resto de enfermos.

SALAS DE ESPERA SATURADAS

Son algunos ejemplos trágicos de las consecuencias de unas salas de urgencias saturadas e incapaces de ofrecer un buen servicio.

Un repaso por algunas ciudades andaluzas revela las condiciones dramáticas a las que se enfrentan tanto los pacientes como los propios profesionales de la Sanidad.

El Sindicato Médico de Almería denunció en septiembre que un médico de la Unidad de Vigilancia Intensiva del Hospital Torrecárdenas de Almería realizó hasta 21 guardias presenciales, de 24 horas continuadas cada una, en solo un mes y medio, antes de empezar sus vacaciones y «obligado por necesidades de servicio y la enorme reducción de los efectivos en el centro durante este verano».

En el Hospital clínico de Málaga caducaron 800 muestras sin analizar de enfermos con patologías digestivas por falta de personal a finales del pasado mes de noviembre. Este tipo de pruebas se llevan a cabo para detectar una serie de patologías digestivas, entre ellas, el cáncer de colon.

El panorama es desolador y los sindicatos médicos incluso han denunciado que en las salas de espera de algunos hospitales han quitado sillones para colocar camas en su lugar.

Según los últimos datos disponibles, del mes de julio de 2014, hay 195.996 andaluces esperando una cita con el especialista y 28.964 una prueba diagnóstica. La cosa no mejora en lo que al número de camas se refiere. En los hospitales andaluces hay 1,96 camas por cada mil habitantes, la tasa más baja de toda España, cuya media se sitúa en 2,33.

Respecto al número de enfermeros Andalucía también suspende. Es la penúltima comunidad con 438 enfermeros por 100.000 habitantes.

El Sistema Andaluz de Salud (SAS) ha incrementado su deuda un 181% y la Junta reconoce una deuda con proveedores de más de 800 millones de euros, que podría superar los 2.000 millones teniendo en cuenta las miles de facturas que aún están por pagar.

En la presente legislatura, el SAS ha perdido más de 6.000 profesionales. Desde 2008 la sanidad andaluza ha perdido 7.162 puestos de trabajo fijos, de 97.214 trabajadores hace seis años se ha pasado a 90.052 en 2014.

PROYECTOS INACABADOS

Uno de los proyectos estrella de la Sanidad andaluza son los conocido Centros hospitalarios de alta resolución (CHARE). Muchos de estos centros fueron prometidos desde hace casi una década y muchos de ellos ni siquiera han sido empezados. La importancia de estos hospitales es vital, pues su principal fin es evitar los desplazamientos largos de quienes viven en localidades alejadas de grandes núcleos urbanos.

Un buen ejemplo es el Hospital del Guadalhorce, en Málaga, que fue prometido en la campaña electoral de 2004 y terminado hace seis años. Actualmente no está en funcionamiento. Otro caso similar es el hospital de Loja (Granada), que aunque fue inaugurado en 2011 no tiene urgencias, pediatría ni camas hospitalarias. El Hospital Materno-Infantil de Almería, anunciado en 2007, está paralizado pues tan sólo tiene la primera piedra.

Otros siguen siendo un proyecto como el nuevo Hospital de Cádiz, prometido en 2005, el Hospital Campus de la Salud de Granada, prometido para el 2010, la Ciudad Sanitaria de Jaén o el Macrohospital de Málaga prometido en 2008.

En Sevilla muchos recuerdan hoy el antiguo Hospital Militar Vigil de Quiñones, cuya gestión pasó hace más de una década del Ministerio de Defensa a la Junta de Andalucía.

Tras concretarse el acuerdo, la administración andaluza anunció un plan para reformar el centro y adjudicó las obras en 2006. Más adelante los recortes de la Junta provocaron que la obra quedase parada a finales de 2010. Lo peor de todo es que el año pasado el hospital comenzó a ser desmantelado, y parte de los equipos fueron trasladados al Hospital Virgen de las Nieves de Granada.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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