Habemus Estatut
(Fumata blanca para el despedazamiento de España)

Habemus Estatut. En secreto. De noche y en la Moncloa. Al más puro estilo de la omertà siciliana, la madrugada del domingo 22 de enero se perpetró la firma del miserable pacto de Rodríguez Zapatero -todavía presidente de Gobierno-, con el nacionalismo catalán para el despedazamiento de España.

Apartados Maragall y Montilla de la recta final de las negociaciones -otro gesto de sumisión del Gobierno socialista a las exigencias del ala más dura del cuatripartito-, Zapatero y sus huestes, con Rubalcaba como croupier repartiendo juego, consumaban alevosamente, de madrugada, en secreto y de espaldas al Parlamento, la vergonzante claudicación del Estado ante el Estatuto de Cataluña, flagrante traición a la soberanía nacional -y a la unidad, la igualdad y la solidaridad de todos los españoles ante la Ley. Por fin, tras siete horas de «duras negociaciones» con los nacionalistas de Convergencia y Unión, había fumata blanca para la desmembración de España.

El pacto -con el apoyo inquebrantable de Joan Saura (ICV) y Pasqual Maragall a cuanto Rasputín Rubalcaba pueda negociar en nombre de LLamazares, o de su alter ego Zapatero-, se ha logrado halagando la infinita ambición, y el ansia enfermiza de poder de los líderes de CiU, Artur Mas y Josep Antoni Durán y Lleida. Zapatero y Rubalcaba, tanto monta, arriesgando en la jugada, han dejando a un lado al lobo feroz de ERC, Carod Rovira, y a su peligrosa mascota, Joan Puigcercós. O tal vez todo haya sido otro alarde primoroso de cinismo de quienes antidemocráticamente, en secreto y al margen del Parlamento, han usurpado la voz del pueblo -sujeto de la soberanía nacional-, modificando, ilegal y fraudulentamente, la Constitución para pactar el desmembramiento, la colonización y el saqueo de la Nación española. Un gravísimo crimen de Estado: un delito de alta traición.

Quizás Rodríguez Zapatero, decidido a alcanzar un acuerdo a cualquier precio con los nacionalistas para salvar el Estatut -y con él su supervivencia presidencial y política-, haya recurrido al viejo aforismo de «divide y vencerás» y ha lanzado un órdago a ERC para que acepte alguna fórmula que le permita camuflar la ignominia de su traición a la Nación española, y de paso, salvar la cara ante millones de españoles, socialistas o no. Y también para eludir la acción de los tribunales de Justicia. O de la Historia.

Por el contrario, pudiera ser que la presunta pinza a ERC no haya sido más que otra argucia del malvado Rubalcaba para simular el «acendrado» respeto que el Gobierno del PSOE profesa a la Constitución española, acorde con la promesa de Zetapé de dejar el Estatuto «limpio como una patena» de manchas inconstitucionales, escenificando un inexistente desacuerdo con los «planteamientos radicales» de Carod- Rovira que le sirvan de cínica cortina de humo para ocultar su apoyo a las tesis de Zapatero ante sus hooligans independentistas.

La escenografía para ir motivando al pueblo español ha sido perfecta. Primero imágenes de la briosa llegada de Artur Mas y Durán a la Moncloa. Audi blindado y cristales tintados, como es de rigor. Mucho talante. O sea, sonrisas y saludos efusivos de Zapatero al pie de las escaleras del palacio. ¿Información, imposiciones, precios, compromisos, porqués y cómos? Ni una palabra. Luego se escenifica el acuerdo. Rueda de prensa en Cataluña, claro. Más y Durán, Durán y Más, se muestran pletóricos tras la consecución del pacto. Moncloa calla y otorga. Por los subtítulos nos enteramos que el término nación aparecerá en el preámbulo del Estatut, pero no en el articulado. Financiación: Cataluña se quedará con el 50% de la recaudación de los impuestos del IRPF e IVA y con el 58% de los impuestos especiales, alcohol, tabaco y carburantes. El 18,5% de todas las inversiones del Estado en infraestructuras durante los próximos siete años irán para la irredenta Cataluña. Habrá una Agencia Tributaria Catalana, consorciada con España.

De todo lo demás, nada. Nada del sangrante secuestro y expolio de la soberanía nacional. Nada del blindaje de competencias. Nada de la dictadura lingüística, ni de la enseñanza totalitaria. Nada de la voladura de la caja única de la Seguridad Social, ni de la quiebra de la justicia fiscal. Nada de la igualdad de todos los ciudadanos ante la Ley y la Justicia en todo el territorio nacional. Ni de otras cien cosas más. Por si quedasen dudas, Artur Mas matiza. Lo conseguido es un «gran salto, que no renunciamos a completar» hacia las metas nacionalistas. Sus anhelos no tienen límite. Y Mas repite, alto y claro -con la firma del pacto aún caliente-, que no renuncian al Estatut, tal y como lo aprobó el Parlament de Cataluña. La perpetua letanía nacional separatista continúa.

Horas más tarde salta la sorpresa. Ya no hay «acuerdo». Carod-Rovira y su fiel escudero Puigcercós viajan urgentemente a Madrit, que para eso tienen línea directa con Moncloa. No se ha contado con ellos para alcanzar un acuerdo sobre el Estatut -eso dicen- y consideran que los términos en que se ha redactado son «inaceptables». Cataluña es una nación. Más audis blindados con lunas tintadas. Otra recepción en la Moncloa. Y otra rueda de prensa, también en Cataluña, claro. Carod, muy ocurrente, habla, y por los subtítulos nos seguimos enterando que para ERC el acuerdo alcanzado merece una calificación de «insuficiente alto». Que en asuntos tan graves como el despedazamiento de España no hay que precipitarse y que hay que «seguir trabajando» hasta llegar a un acuerdo para su aniquilamiento definitivo. El Gobierno de España, de nuevo, calla y otorga.

El Partido Popular, convidado de piedra, se indigna moderadamente. Mariano Rajoy, líder de la «oposición divertida» -la de la «lluvia fina» y el «buen rollito»- sabe muy bien que la oposición debe hacerse «con la cabeza y no desde las vísceras». Además la coherencia entre los hechos y las palabras, como el liderazgo, no son su fuerte. Pero eso es asunto para otra historia. España, inerme, llora tanta miseria moral, tanta indignidad y tanta cobardía.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Antonio Cabrera

Colaborador y columista en diversos medios de prensa, es autor de numerosos estudios cuantitativos para la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) y la Secretaría de Estado de la Defensa (SEDEF) en el marco del Comercio Exterior de Material de Defensa y Tecnologías de Doble Uso y de las Relaciones Bilaterales con EE.UU., así como con diferentes paises iberoamericanos y europeos elaborando informes de índole estratégica, científico-técnica, económica, demográfica y social.

Antonio Cabrera

Colaborador y columista en diversos medios de prensa, es autor de numerosos estudios cuantitativos para la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) y la Secretaría de Estado de la Defensa (SEDEF) en el marco del Comercio Exterior de Material de Defensa y Tecnologías de Doble Uso y de las Relaciones Bilaterales con EE.UU., así como con diferentes paises iberoamericanos y europeos elaborando informes de índole estratégica, científico-técnica, económica, demográfica y social.

Lo más leído