Lo acabo de ver en televisión. En este país todavía llamado España, cualquier majadería legal, cualquier esperpento, es posible. Ya lo sabía Goya. Ahora resulta que cuatro años después -o los que sean-, juzgan a 121 controladores aéreos por sedición y les piden cientos de años de cárcel, más todas las penas accesorias imaginables.
Eso, por ejercer su derecho constitucional a la huelga. Eso, en un gobierno socialista (Pepiño Blanco ministro de la cosa). Eso, por ser sustituidos por controladores militares. Eso, por no reventar ningún avión, ni atentar contra la vida de ningún pasajero; eso, por no moler a palos a ningún policía; por no quemar contenedores, por no destrozar ningún mobiliario urbano, por no tomar al asalto las terminales aeroportuarias y no machacar cuanto encontraban a su paso. Eso, por no ejercer a sangre y fuego su ‘indignación democrática’, la kaleborroca del terror, el pillaje y el crimen organizado protagonizado en tantos otros casos con total impunidad.
Políticos y jueces… ¡¡Joder qué tropa!!