La pertinaz caradura del progre
Lo pasmoso es que aquí abundan quienes le ríen las gracias y hasta encuentran buenas, justas y necesarias las ocurrencias de Nicolás Maduro. Son los mismos que cuando se trata de España tienen una fijación en el pasado, no en la historia real sino en un ayer legendario y republicano, que les hace abominar de nuestro presente y añorar los espantos de hace 80 años. Los mismos que en una tertulia