Puigdemont, Cifuentes y Letizia nos traen de cabeza.

Al gran tablero de ajedrez parece que el diablo le ha dado cuerda. El mundo se derrumba estrepitosamente. Por alguna razón que se nos escapa, parece que los que dirigen el gran teatro tienen prisa en este sprint de fin de ciclo y no hay tiempo para etapas. No estoy hablando de armagedones, al estilo de los fundamentalistas religiosos, ni

El rincón del soneto – ORDEN JURÍDICO EN PELEA

ORDEN JURÍDICO EN PELEA Está el Orden Jurídico en pelea porque un muy sabio tribunal germano está en desacuerdo con otro hispano y  mantiene con él batalla fea. El germano al nuestro encima le mea, diciendo de un modo claro y llano que el Orden Jurídico es algo vano pues siempre depende de quien lo emplea. Vivimos en medio de una comparsa:

El rincón del soneto – LA SEÑORA CRISTINA CIFUENTES

LA SEÑORA CRISTINA CIFUENTES A la señora Cristina Cifuentes yo de ninguna manera la envidio, porque ahora hay mucho extraño homicidio y en ellos perecen famosas gentes. Vamos a tener que estar muy pendientes ante cualquier posible “suicidio”, o ante alguna orden de presidio, (aunque entre políticos no son frecuentes). Cuando un político

El rincón del soneto – QUOD SCRIPSI SCRIPSI

QUOD SCRIPSI SCRIPSI “Quod scripsi, scripsi”, dijo el cruel Pilatos, Y NO es NO, dijo Pedro el palotes, que aunque no disfrute de muchas dotes su cabecita le funciona a ratos. El romano no quiso ya más tratos y mandó a Jesucristo a los azotes, y Pedro Sánchez quiere que le votes para echar a Rajoy y a sus pazguatos. Pedro no obedece

El rincón del soneto – SIGUE LA POLÍTICA DE SAINETE

SIGUE LA POLÍTICA DE SAINETE Sigue la política de sainete. No fue presidente el pobre Turull porque la CUP dice que es un capull; la Cifuentes extravió su membrete, a Mariano no hay nada que lo inquiete, la Rovira dijo: yo me escabull, y está exigiendo más dinero Urkull. Tenemos políticos de retrete. Perico pelea con los barones y Albert

El rincón del soneto – SANGRE LLARENA

SANGRE LLARENA Hace muchos años Vicente Blasco hizo la novela Sangre y arena, y ahora mismo, sin sangre, el juez Llarena consiguió del “prusés” el desatasco. Cinco o seis tipejos que ya dan asco, fueron metidos, por fin, en la trena, culminando su traidora faena en un ridículo y tremendo fiasco. A ver si otros jueces hacen lo mismo

‘Brillo de asfalto’, de Marian Torrejón

Ficha técnica Título: Brillo de asfalto Autora: Marian Torrejón Editorial: Fórcola 152 páginas 16,50 euros La novela empieza con un atropello fortuito que da motivo a que se le vayan desvelando al lector las vidas del autor del atropello y de su víctima, que curiosamente y como si se tratara de travesura del destino tienen algunas coincidencias.

El rincón del soneto – SAN MANTERO

SAN MANTERO Hay un nuevo santo en el santoral. Es un mártir, de llama San Mantero, lo ha canonizado el papa Monedero y Carmena le ofrendará un vial. Dicen que la guardia municipal lo persiguió de un modo muy grosero, lo trató como a un perro callejero, muriendo el pobre de un síncope fatal. Son las tácticas del PSOE y Podemos, para

El rincón del soneto – HOY MURIÓ HAWKING

HOY MURIÓ HAWKING Hoy murió Hawking, científico famoso, que aunque era listo estaba equivocado; con la religión estaba peleado y al espíritu lo veía borroso. Para él, creer en Dios era tedioso “pues el cosmos no lo ha necesitado, porque de la nada él solo ha brotado. sin necesitar un Creador glorioso”. Uno puede saber mucho de

El rincón del soneto – APARICIÓN MARIANA

APARICIÓN MARIANA Desde que la derecha cuasiagónica tuvo la mala aparición “Mariana”, se convirtió en una logia malsana cobarde, putrefacta y masónica. De sus votantes es antagónica, su encefalografía es del todo plana, pues su alma está aquejada de galbana y su actuación es torpe y catatónica. A Soraya y a Mariano el zascandil,

‘La piel del deseo’, de Pedro José Moreno

Ficha técnica Título: La piel del deseo Autor: Pedro José Moreno Rubio Editorial: Hipujo Libros 70 páginas 11 euros Destacaría de este poemario la elegancia, la incesante búsqueda de la belleza en el decir y la insaciable sed del Otro, otra en este caso, puesto que se tratan todos de poemas amorosos. El poeta no se ensimisma, no se

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