(o «J. L., exhibe tu limpia sonrisa»).

Mi señoría esperaba el “eureka”, y el “eureka” emergió. Tiene que existir algún procedimiento que frene el tan generalizado maltrato de género, porque si seguimos así, esto va a ser el acabóse, pensaba este grafómano. Y acerté. Ya disponemos de un arma, con perdón, que va a erradicar, “ex radicitu”, todo lo que ha venido atormentando a la humanidad desde que el mundo es mundo, tormento éste que se ha encanallado fundamentalmente en las damas, pero sin olvidar que también algún varón ha doblado el gorro, bien a manos de sus respectivas compañeras sentimentales o a garras de animales de peor catadura que aquéllas. Recuerden vuesarcedes que, por ejemplo, Fabila murió a manos de un oso. ¿Y por qué? Pues simple y llanamente porque a la sazón no era ministra de Igualdad la Exma. Sra. Doña Bibiana Aído. ¿Que adónde ha ido? Mi señoría desconoce adónde, pero lo que sí que sabe es de dónde ha venido: de Cádiz. Es la ministra más joven del Gobierno. Y Fernando Pérez Monguio cuenta la anécdota de que allí, en la Tacita de Plata, antes de que el Presidente subiera al escenario para pronunciar un mitin durante la precampaña de las pasadas elecciones municipales, se atrevió a recomendarle :“¡José Luis, sonríe! Tienes una sonrisa muy limpia que te favorece”.(Fin de la anécdota).

Bueno, pues esta jovencita va a ofrecer “un teléfono para que los varones se desahoguen”, según reza, con perdón, el periódico digital “La nación”. Cuenta éste que en su primera intervención en el Congreso de los Diputados, como ministra de Igualdad, va a poner a disposición de los maltratadores un teléfono para que puedan “canalizar su agresividad” en vez de recurrir a la violencia. (¡Pupa no, por favor!).

Y a partir de julio, el ministerio va a poner en marcha una campaña de sensibilización, “continuada y multifocal”(¿qué será esto…?) para que las mujeres, o sea, las miembras “no minimicen los riesgos” (¿?) y los agresores, o sea, los miembros perciban el rechazo de la sociedad. (¡Tíos, qué asco…!)“Erradicar esta lacra exige ir al origen de la causa que la provoca y eso significa actuar contra quienes la originan”. Y la ministra ha añadido que uno de los objetivos de su departamento es “contribuir con políticas preventivas a otro modelo de masculinidad desde el que establecer las relaciones de pareja sobre nuevas referencias”.

¿Vuesarcedes creen sinceramente que de haber sido entonces ministra Bibi, como la llamarán los íntimos, Fabila habría muerto a manos de ese oso que dizque se lo cargó? Claro que si el oso no sabía bable o el idioma que se hable en ese teléfono que van a poner, igual no se iba a “contribuir con (estas) políticas preventivas a otro modelo de masculinidad” del susodicho mamífero, carnívoro y plantígrado, con lo cual Fabila también habría cascado. ¿O no?

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10-06-2008.