Gracias a que unta desenfrenadamente a los medios con publicidad y a que sus crónicas de La Tribuna las escribe un empleado suyo, Tofiño suele tener buena prensa
El siempre sorprendente alcalde de Illescas y presidente de la arruinada Diputación de Toledo, José Manuel Tofiño, ha vuelto a hacer de las suyas. Ahora se encarga de instalar señales de tráfico para recambiarlas por otras al poco tiempo, independientemente de que las que quite estén relucientes y en perfecto estado.
Tras generar una deuda de más de 8 millones de euros en el consistorio toledano y con más de 3.000 parados, Tofiño no tiene reparos a la hora de amontonar las señales nuevas como si de chatarra se tratara.
Denunciado por los propios vecinos de Illescas, el alcalde no deja de ser noticia por diversos y alarmantes motivos que ponen en peligro la denostada transparencia política del gobierno local. Algunas de las ‘historias para no dormir’ más recientes del que aspira a ser reelegido alcalde de Illescas, son las siguientes:
El escándalo más gordo que se trae entre manos es la construcción de un cementerio que no cuenta con los permisos sanitarios necesarios. Un informe pericial ha puesto en peligro al alcalde, y éste se ha dedicado a mandar un panfleto en el que pone en duda un conjunto de estudios técnicos que se han realizado por orden judicial
El señorito socialista y aliado de Barreda también ha sido fuertemente criticado por haber llamado por teléfono el pasado verano al personal municipal para que le limpiaran su casa en horario de trabajo y sin contrato alguno. Impresionante
Ya en la Diputación, el PP de Toledo ha denunciado también el bochornoso criterio de contratación del personal de las Escuelas Taller y Casas de Empleo. Para obtener un puesto de profesor es ‘recomendable’ ser concejal del PSOE
Estas espeluznantes ‘hazañas’ son, entre otras, el día a día de uno de los hombres fuertes del PSOE de Toledo, un político al que le encanta hablar de ‘derechos sociales’ y de ‘austeridad’.
En referencia al cambio innecesario de señales, la concejala del Partido Popular de Illescas, María del Carmen Minaya, ha criticado la actitud derrochadora del alcalde. Además, parece ser que Tofiño -gran amante de los panfletos a domicilio- también pidió a los ciudadanos del municipio, a través de un folleto informativo, que no rompieran las señales. En dicho escrito, el alcalde incluyó el precio de las mismas para concienciar a la gente. Pues bien, las señales no se rompen pero sí se cambian.
¿Por qué tiene tanto interés en cambiar las señales constantemente?
Minaya asegura que los propios trabajadores de las obras «no entienden cómo se han comprado señales nuevas, estando bien las otras». Dadas las quejas de los empleados municipales, parece ser que mañana mismo van a sacar el amasijo de hierros relucientes para que los illescanos no contemplen la triste estampa, aunque ya es un poco tarde…