La intensificación del secesionismo se acompaña de un incremento de ataques

La fractura social en Cataluña: Los no nacionalistas en el punto de mira del independentismo violento

La sede del PSC de Sant Sadurní d'Anoia amanece con una diana pintada en su puerta

La fractura social en Cataluña: Los no nacionalistas en el punto de mira del independentismo violento
Cataluña, independentismo y soberanismo. CT

Lo relata con todo detalle y la máxima frialdad posible Alejandro Tercero en ‘Crónica Global’, el diario online donde se cuentan las cosas que habitualmente obvian u ocultan los medios de comunicación catalanes y de forma específica la muy oficial TV3.

La sede del PSC de Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona) ha amanecido este jueves con una diana pintada en su puerta. Así lo han denunciado fuentes socialistas, que han mostrado su preocupación por este suceso, especialmente después de las agresiones que se han producido en los últimos días.

El ataque sufrido el pasado domingo por el líder del PSC, Pere Navarro, ha generado un intenso debate en relación a los efectos que la crispación social generada por el proyecto secesionista promovido por el presidente de la Generalidad, Artur Mas, podría tener sobre la convivencia en Cataluña.

En ese marco, se ha conocido que hace tres semanas el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, fue zarandeado e insultado cuando paseaba con su familia por Barcelona. Y este mismo miércoles un individuo prendió fuego a la bandera de España situada en la fachada del Ayuntamiento de Tarrasa.

En relación a Sant Sadurní d’Anoia, cabe recordar que recientemente -y gracias a un acuerdo entre CiU y ERC- se ha instalado una placa en la fachada del Ayuntamiento que señala que la bandera de España ondea en el Consistorio «por imperativo legal», copiando iniciativas similares llevadas a cabo por formaciones abertzales en el País Vasco.

El PSC, en el punto de mira del nacionalismo violento

Lo cierto es que en los últimos tiempos la intensificación del discurso independentista ha ido acompañada de forma paralela por un incremento de los ataques a las sedes y a los militantes de los partidos no nacionalistas en Cataluña, y el PSC ha sido uno de los más castigados.

El pasado 13 de octubre, dos miembros de la Joventut Socialista de Catalunya (las juventudes del PSC) fueron agredidos por un grupo de personas al grito de «independencia» que asaltaron la sede del partido en el distrito barcelonés de Les Corts.

El 27 de septiembre, la sede del PSC en Sant Adrià de Besós (Barcelona) amaneció con una advertencia: una pintada en su puerta metálica rezaba «fuera de Cataluña». El grafiti iba acompañado de una estelada y estaba firmado por Arran, la entidad independentista radical juvenil surgida de la fusión de Maulets, CAJEI y otros grupúsculos.

Los responsables de la agrupación del PSC en Vilassar de Dalt (Barcelona) decidieron en junio pasado no borrar las pintadas que les tildaban de nazis. En agosto, todavía seguían en su fachada, incluida la estelada que aparecía a modo de firma de los insultos. En otras ocasiones los ataques han incluido la rotura de los cristales.

A finales de julio, Arran atacó la sede del PSC en Sant Boi (Barcelona), acusándoles de «españolistas». El 23 de marzo del año pasado, unos desconocidos realizaron pintadas en la sede del PSC en el Ayuntamiento de Gerona en las que tildaban a la entonces líder local de la formación, Pia Bosch, de «española», y situaban su cara en el centro de una diana junto a una estelada. En octubre de 2012, unos encapuchados asaltaron el local del PSC en Ciutat Vella y dejaron como firma una estelada pintada.

En noviembre de 2011, dos días antes de las elecciones generales, unos encapuchados destrozaron los cristales de la delegación del PSC en el distrito barcelonés de Nou Barris, a plena luz del día, pintaron la fachada con el lema «Fuego a los políticos, muerte al Estado», e intentaron prenderla fuego.

El PP, uno de los principales objetivos

El PP es otro de los partidos que más agresiones recibe en Cataluña. Su líder, Alicia Sánchez-Camacho, ha denunciado este miércoles que hasta 70 de sus sedes han recibido ataques en los últimos meses, amén de varias amenazas directas de muerte a sus dirigentes.

Y este mismo jueves, el presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, ha denunciado un nuevo asalto a la sede del partido en el distrito de Nou Barris, contra la que se han lanzado varias piedras que han roto los ventanales. Fernández Díaz ha puesto de manifiesto la «gravedad de cualquier ataque a un sede de una partido político», al tiempo que ha asegurado que seguirán trabajando por un proyecto «compartido» entre Cataluña y el resto de España.

«Puta España. Moriréis», rezaba la pintada que apareció en febrero pasado en la puerta de la sede del PP de Les Corts (Barcelona), junto a una estelada. Un mes antes, unos desconocidos apedreaban y destrozaban la puerta de cristal de la sede del PP de Tàrrega (Lérida).

En diciembre, unos desconocidos apedrearon la sede del PP en el barrio barcelonés de San Andrés. El pasado 28 de octubre la sede popular en el barrio barcelonés de Les Corts amaneció con una pintada acusando al PP de «Fascistas». Dos semanas antes, otra pintada rezaba «Fuera fascistas». Esta sede acumula más de dos decenas de ataques en los últimos cinco años.

A finales de julio, la sede en Sant Boi (Barcelona) fue atacada por Arran. A finales del pasado mes de junio aparecieron pintadas contra los populares en su sede de Lérida. En mayo de 2013, unos desconocidos plasmaron amenazas y dibujaron esteladas en la sede del partido en Sant Boi, incluyendo lemas en favor de la organización terrorista ya desaparecida Terra Lliure.

Ese mismo mes, un grupo de encapuchados reventaron los cristales de la sede del PP de Mataró y causaron serios destrozos en el interior. En marzo del año pasado los ataques se produjeron de forma coordinada en una decena de sus sedes, lo que incluyó pintadas amenazadoras en las fachadas.

En marzo de 2012, un grupo de radicales destrozó la sede popular en Olot. En febrero de 2012, fueron atacadas las sedes de Sant Cugat y de Esplugues de Llobregat. En noviembre de 2011, unos desconocidos atacaron simultáneamente varias sedes de Barcelona. En los últimos años, las agresiones se han repetido en las delegaciones del distrito de Les Corts (Barcelona), MataróReusTarragonaBarberà del Vallés y en la del distrito de Gracia de Barcelona, entre otras.

Acoso continuo a Ciudadanos

La formación liderada por Albert Rivera también es un objetivo destacado para los independentistas violentos. El pasado 1 de diciembre, la sede central de Ciudadanos en Barcelona amaneció con los cristales rotos debido al lanzamiento de unas piedas por desconocidos.

En julio pasado, esta misma sede recibió varios impactos de pintura roja. Unos días antes, una miembro del Consejo General y de las juventudes de Ciudadanos fue agredida en Morell (Tarragona) al grito de «eres una fascista como todos los que representan a tu partido, españolitos».

La víctima, una joven de 20 años, recibió un puñetazo durante la celebración de una fiesta popular en el citado municipio, después de que el agresor la identificara como militante del partido. El pasado 20 de noviembre, su coche apareció con restos de excrementos en las manetas.

La sede de Ciudadanos en Gerona ha recibido cuatro ataques desde su inauguración en el mes de junio de 2012, el primero de ellos tuvo lugar a las pocas horas de su apertura.

El 11 de abril del año pasado, el líder de la formación naranja, Albert Rivera, fue víctima de un escrache organizado por la CUP que, aunque anulado en el último momento, fue secundado por algunos radicales.

Unos escraches que se han repetido desde entonces de forma sistemática en un buen número de los actos de los dirigentes de esta formación.

Por aquellas fechas, la persiana del comercio en el que trabaja el responsable de comunicación de Ciudadanos en El Prat de Llobregat (Barcelona) apareció en dos ocasiones con pintadas en las que se le acusaba de «fascista» y «estafador».

Y, el 23 de abril de 2013, cinco jóvenes agredieron al coordinador de Ciudadanos en Lérida y causaron destrozos en la carpa instalada por la formación en la calle con motivo de la festividad de Sant Jordi, unos hechos por los que hubo un detenido y varios imputados.

Estrategia de intimidación contra UPyD

A pesar de no tener representación en la Cámara autonómica, UPyD tampoco se libra de las ofensivas de los nacionalistas violentos, y no es extraño que su sede amanezca con los cristales rotos. El 4 de abril del año pasado, los vándalos se conformaron con romper el cartel de la puerta.

En noviembre pasado, en cambio, las intimidaciones fueron más allá y una treintena de miembros de la organización radical estudiantil Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) tomaron a la fuerza la sede.

Durante el asalto causaron lesiones de levedad al único empleado que estaba en las oficinas. Los Mossos d’Esquadra identificaron a los violentos, pero no realizaron ninguna detención.

Los asaltantes justificaron su acción por el proceso judicial abierto contra cinco de sus afiliados por las agresiones cometidas contra la líder de UPyD, Rosa Díez, cuando iba a pronunciar una conferencia en la Universidad Autonóma de Barcelona (UAB) en marzo de 2010.

Entonces, Díez tuvo que refugiarse en una sala protegida y, posteriormente, ser evacuada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología mientras decenas de radicales independentistas la perseguían y le lanzaban objetos al grito de «fascista».

El mes pasado, Díez fue recibida al grito de «Visca Terra Lliure» y «pim, pam, pum» cuando acudió a los juzgados de Sabadell a declarar en el juicio por aquellos hechos.

Ataques a partidos nacionalistas

Aunque en menor grado, los partidos nacionalistas o independentistas también han sufrido agresiones. En junio de 2012, varias sedes de CDC fueron atacadas simultáneamente en una acción coordinada. En abril de 2013, Arran tapió la entrada de la sede de CDC en el barrio de Gracia de Barcelona como «respuesta» al desalojo de una finca ocupada por colectivos antisistema.

Y en octubre de 2012, el domicilio del único concejal de ERC en Cunit (Tarragona) amaneció con esvásticas pintadas en la puerta de su garaje. Más grave fue el asalto de un grupo de ultras a la sede de la Generalidad en Madrid durante la pasada Diada, registrándose varios heridos.

Así las cosas, la fractura social empieza a ser una realidad en Cataluña, llegando incluso a palparse la tensión, la crispación y el enfrentamiento incluso entre los ciudadanos.

Un debate sobre la hipotética secesión de Cataluña celebrado en el Auditorio Municipal de Tarrasa en noviembre pasado acabó con enfrentamientos entre el público asistente.

Poco antes, el entonces diputado autonómico de Ciudadanos Jordi Cañas abandonó el escenario al recibir los insultos de un espectador, que le espetó: «¡Eres un terrorista!».

En este sentido, cabe recordar la sugerencia que a principios de enero lanzó el ex presidente de la Generalidad Jordi Pujol al independentismo, instándoles a hacer «mucho ruido en la calle» y convertirse «en un problema importante para Europa» para lograr sus objetivos. Y a fe que lo están haciendo.

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