Las desvelan claves sobre la circulación oceánica de hace 21.000 años

(PD/Agencias).- Un equipo de científicos, uno de ellos de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha desvelado nuevos datos sobre la circulación de las aguas del Atlántico Norte en la época del Ultimo Máximo Glacial, hace unos 21.000 años, a partir del análisis de sedimentos enterrados en las profundidades oceánicas.

El estudio, que podría dar claves sobre el cambio climático, aparece publicado en el último número de la revista ‘Science’ y se basa en el análisis de una serie de datos obtenidos a partir de restos de productos almacenados en el fondo del océano, que incluyen isótopos de carbón de antiguas conchas marinas y uranio en sedimentos.

Según las conclusiones de la investigación, la circulación del Océano Atlántico Norte durante la época del Ultimo Máximo Glacial habría sido distinta respecto a la actualidad, de forma ligeramente más lenta que hoy en día.

En la actualidad, las aguas más superficiales en el Atlántico Norte fluyen hacia el norte, antes de sumergirse mar adentro y convertirse en aguas profundas con destino hacia el sur, formando lo que se denomina circulación de cambio meridional.

Este proceso juega «un papel crítico» en el clima, según los expertos, especialmente en la redistribución del flujo calorífico; las aguas en la superficie que fluyen hacia el norte son cálidas, mientras que las más profundas con destino al sur son frías.

En la investigación participaron científicos como Rainer Zahn, de la Universidad Autónoma de Barcelona, o Juan Carlos Herguera, de CICESE, Oceanología (Baja California, México), junto con otros de instituciones científicas de Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Francia, Alemania, Noruega, Holanda o China, dirigidos por Jean Lynch-Stieglitz, del Georgia Institute of Technology, en Atlanta.

Una de las preguntas que se planteaban los científicos y que propició esta investigación era conocer si este modelo actual de circulación de las aguas funcionaba del mismo modo durante una época antigua mucho más fría en el Atlántico Norte.

A partir de los resultados de las investigaciones, los científicos sugieren que aunque el proceso de cambio de la circulación oceánica durante el último Máximo Glacial se produjo de forma ligeramente más lenta que hoy en día, tampoco ocurrió excesivamente despacio.

La temperatura de la superficie marina y de la densidad del agua serían entonces muy distintos respecto a la actualidad, lo que hace pensar que los mecanismos causantes del cambio de circulación del Atlántico también podrían ser diferentes.

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