Europa premia una investigación española rechazada cuatro veces por el Gobierno

Europa premia una investigación española rechazada cuatro veces por el Gobierno

(PD).- El pasado día 15, el Consejo Europeo de Investigación (ERC, European Research Council), en el marco de su programa «Ideas», seleccionaba entre más de nueve mil trabajos una línea de investigación presentada por Eduardo Moreno Lampaya, jefe del Grupo de Competición Celular -adscrito al Programa de Patología Molecular- del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

Como revela en S. Basco en ABC, la selección del proyecto de investigación «Supercompetidores» por parte del ERC conlleva una dotación económica de un millón de euros durante cinco años, a la mitad de los cuales Eduardo Moreno deberá presentar una memoria sobre el curso de sus trabajos, que ahondan en el estudio del mecanismo biológico por el que las células cancerosas prosperan en las etapas pretumorales, eliminando a las células sanas sin provocar malformaciones ni señales de alarma.

La beca da al científico la posibilidad de trasladar sus estudios a otras instituciones de investigación europeas, ya que es personal, y Moreno podría formar un nuevo equipo de trabajo fuera de España. Sin embargo, el jefe del Grupo de Competición Celular del CNIO prefiere seguir sus investigaciones en nuestro país.

Lo relevante del caso no es, con ser importante, la selección del proyecto por el Consejo Europeo de Investigación, sino que esta misma línea de trabajo fue propuesta durante cuatro años consecutivos al Ministerio de Educación y Ciencia con el fin de obtener fondos para su desarrollo, y otras tantas veces fue desestimada, en cada ocasión con una valoración más baja que en la anterior.

Esta repetida descalificación no ha impedido que la ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, felicitara al investigador en una carta remitida el pasado día 20, a la que ha tenido acceso ABC, en la que afirma que la selección del proyecto de Moreno Lampaya «es una merecida recompensa al esfuerzo y al trabajo realizado a lo largo de su carrera, y un estímulo para perseverar en el futuro.

Como ministra de Educación y Ciencia -continúa Cabrera-, quiero transmitirle mi reconocimiento y animarlo a continuar desarrollando su trabajo de investigación dentro de los máximos estándares de calidad».
No parece que antes de la distinción por parte del ERC el proyecto de Moreno Lampaya transitara «dentro de los máximos estándares de calidad», a juzgar por la opinión del Ministerio y de sus comisiones de evaluación.

Eduardo Moreno, en declaraciones a ABC, considera que «algo extraño, cuya naturaleza se me escapa, ha ocurrido en el Ministerio con relación a este proyecto». El investigador ha respondido a la felicitación de la ministra con una carta abierta, a la que ha accedido también este diario, en la que comunica a Cabrera que «este mismo proyecto de investigación ha sido rechazado cuatro años seguidos por la agencia de evaluación de su Ministerio».

«Los dos primeros años se me dijo que no funcionaría -continúa Moreno-, que era demasiado ambicioso y que no había evidencia de que lo que yo buscaba existiese… Cuando ya era evidente que el proyecto funcionaba y que los genes que yo buscaba sí parecían existir… de modo extraoficial se me vino a decir que yo era un arrogante. Este año…, en parte porque ya no tengo confianza en su sistema de evaluación, ni siquiera me he presentado a la convocatoria de su Ministerio».

«¿El siguiente paso será tener que marcharme del país? -se pregunta el investigador-… Esencialmente me van echando poco a poco, y de momento Europa me acoge por segunda vez».

Moreno Lampaya, que hizo su tesis de la mano de Ginés Morata, Príncipe de Asturias de Investigación Científica, ha desarrollado su labor, entre otros centros, en el Instituto de Biología Molecular de Zúrich, en el Instituto de Biología Molecular Severo Ochoa, del CSIC, y ahora en el CNIO.

No es en absoluto un recién llegado, puesto que ha publicado ya buen número de trabajos en las más prestigiosas revistas científicas. El último, el pasado 14 de enero, en «Nature Reviews Cancer», sobre cómo las células tumorales prosperan por «asesinato» de las células sanas, su campo de trabajo favorito. Y no le ha faltado la financiación de la Comunidad de Madrid, Caja Madrid y la Mutua Madrileña.

«Becarios exprimidos»
Ayer, mientras un grupo de «becarios exprimidos», pertenecientes a la Federación de Jóvenes Investigadores, entregaba a la ministra Cabrera un simbólico cesto de naranjas en la Universidad Autónoma de Madrid, Eduardo Moreno comentaba a este diario que «más que un problema político es cultural… en España las autoridades se asustan ante los proyectos arriesgados e innovadores.

Te dicen «esto no lo ha hecho nadie en el mundo». Claro, si ya se hubiese hecho no lo investigaríamos». El joven científico -Madrid, 1970-, cree que «debe modificarse el sistema de evaluación de proyectos, que aquí es anónimo a diferencia de Europa; y falta, sobre todo, una apuesta decidida por la investigación y el futuro».

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