(PD).- Las aletas y las colas de ballenas y delfines podrían ser los encargados de revolucionar el diseño industrial tradicional, según un estudio de la West Chester University de Pennsylvania (Estados Unidos) que se ha hecho público durante la reunión anual de la Sociedad de Biología Experimental que se celebra estos días en Marsella (Francia).
Los autores explican que las criaturas marinas han evolucionado a lo largo de millones de años para maximizar la eficacia de sus movimientos en el agua mientras que los humanos llevan intentando perfeccionar los diseños aerodinámicos durante casi un siglo.
Los investigadores han estudiado las aletas y colas de ballenas y delfines y han descubierto que algunas características de estas estructuras contradicen las teorías actuales de ingeniería por lo que aseguran que sus descubrimientos podrían tener un gran impacto en los diseños industriales tradicionales.
Algunas de las observaciones de Frank Fish, autor principal del estudio, se están aplicando ya a problemas de ingeniería de la vida real, en un campo que se conoce como Biomimética. La forma de las aletas de las ballenas, con un borde con protuberancias, ha inspirado un diseño completamente nuevo de las aspas de las turbinas eólicas y se ha demostrado que este diseño es más eficaz y silencioso aunque no tenga nada que ver con lo hasta ahora conocido.
La aportación de la biomimética
«Los ingenieros han intentado antes asegurar patrones de flujo constantes sobre superficies rígidas y elevadas, como las alas. La lección de la biomimética es que un flujo inconstante y formas complejas pueden aumentar la elevación, reducir el efecto de arrastre y retrasar el encallamiento, una pérdida de elevación dramática y abrupta, más allá de lo que pueden conseguir los sistemas de ingeniería existentes», explica Fish.
Según el investigador, existe incluso la posibilidad de que esta tecnología pueda aplicarse a diseños aeronáuticos como los de las hélices de los helicópteros en un futuro.
El trabajo se centra en los estudios de los vórtices, que son las formaciones de agua con forma de tornado que se desarrollan en la estela que dejan los animales en el agua. «En el caso de la ballena jorobada, los vórtices que se forman a partir de las prominencias del borde delantero de las aletas ayudan a generar más elevación sin que se produzca encallamiento y aumentan la maniobrabilidad y agilidad», añade Fish.
Según el investigador, en el caso de las colas de los delfines, los vórtices se forman al final de las subidas y bajadas de los coletazos. Estos vórtices participan en la producción de un chorro en la estela del delfín que produce una gran propulsión. Al regular la producción de los vórtices, el delfín puede maximizar su eficacia mientras nada.
