(PD).- Con más tres metros de cuello, ¿cómo hacen las jirafas para que la sangre se les suba suba a la cabeza? El secreto está en el gran grosor de los vasos sanguíneos, que junto con el tejido conectivo, mantienen la presión extravascular previniendo el estancamiento de sangre y el edema.
Su largo cuello les permite alcanzar las hojas más altas y tiernas de los árboles. Pero no es la único rasgo que las distingue de otros animales. La jirafa ha desarrollado otras modificaciones anatómicas, entre las que destacan las habidas en el sistema circulatorio.
Su corazón es enorme,y bombea la sangre con gran fuerza, generando una presión sanguínea que duplica la de cualquier otro mamífero de gran tamaño. Así la sangre alcanza el cerebro y, ya en el camino de vuelta, un músculo en la vena yugular agrega presión al vaso sanguíneo para acelerar el regreso al corazón.
La presión sanguinea que tienen las jirafas es positiva para el cerebro, pero excesiva para otras partes del organismo que se encuentran a menor distancia. Para soportarlo, esta especie cuenta con un gran grosor en los vasos sanguíneos, que junto con el tejido conectivo y la gruesa piel de la jirafa, muy ajustada en sus extremidades inferiores, mantienen la presión extravascular previniendo el estancamiento de sangre y el edema.
La jirafa evita la acumulación de la sangre en la cabeza gracias a válvulas especiales contenidas en los vasos del cuello de la jirafa. Estas válvulas trabajan para que la sangre llegue al cerebro con la presión habitual, cuando la cabeza se encuentra más abajo que el centro de gravedad del animal. Cuando la jirafa necesita erguirse de pronto,ante la aparición de un depredador, por ejemplo, no siente sensación de mareo, puesto que las válvulas habrían mantenido la presión constante en todo momento.