La humanidad logra otro importante paso en la conquista del espacio. La misión Solar Orbiter de la ESA despegó con éxito en un cohete Atlas V 411 desde Cabo Cañaveral, Florida (Estados Unidos) de este 10 de febrero en su misión de estudiar el Sol desde nuevas perspectivas.
No se trata de un lanzamiento cualquiera. El Solar Orbiter, una misión liderada por la ESA con una fuerte participación de la NASA, proporcionará las primeras vistas de las regiones polares inexploradas del Sol, dando una visión sin precedentes de cómo funciona nuestra estrella madre.
El Solar Orbiter también investigará cómo la radiación intensa y las partículas energéticas que son expulsadas del Sol y transportadas por el viento solar a través del Sistema Solar impactan nuestro planeta de origen. Una investigación que aportará pistas fundamentales sobre las tormentas solares, un fenómeno que tiene el potencial de destruir redes eléctricas, interrumpir el tráfico aéreo y las telecomunicaciones, y poner en peligro a los astronautas que caminan por el espacio, por ejemplo.
Solar Orbiter se enfrentará al Sol desde la órbita de Mercurio, aproximadamente a 42 millones de kilómetros de la superficie solar. La tecnología de protección térmica de vanguardia asegurará que los instrumentos científicos de la nave espacial estén protegidos, ya que la protección térmica soportará temperaturas de hasta 500ºC, hasta 13 veces el calor experimentado por los satélites en la órbita de la Tierra.
La misión tardará menos de dos años en alcanzar su órbita operativa inicial, haciendo uso de los sobrevuelos asistidos por gravedad de la Tierra y Venus para entrar en una órbita altamente elíptica alrededor del Sol. La nave espacial utilizará la gravedad de Venus para lanzarse fuera del plano eclíptico del Sistema Solar, que alberga las órbitas planetarias, y elevará la inclinación de su órbita para darnos nuevas vistas de las regiones polares inexploradas de nuestra estrella madre.
Los polos están fuera de la vista de la Tierra y de otras naves espaciales, pero los científicos piensan que son clave para comprender la actividad del Sol. En el transcurso de su misión planificada de cinco años, Solar Orbiter alcanzará una inclinación de 17º por encima y por debajo del ecuador solar. La misión extendida propuesta lo vería alcanzar una inclinación de hasta 33º.