Un grupo de científicos de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, ha demostrado neutralizar al nuevo coronavirus generando una respuesta inmune, estos datos se publican este 2 de abril de 2020 en la revista científica ‘EBioMedicine’. Esta vacuna supone un gran avance en el control de la enfermedad. La vacuna fue administrada a través de unos pequeños parches que generan anticuerpos suficientes para bloquear al COVID-19, una pandemia que ya deja más de un millón de casos y más de 52.000 muertos en todo el mundo.
«Nuestra capacidad para desarrollar rápidamente esta vacuna es el resultado de científicos con experiencia en diversas áreas de investigación que trabajan juntos con un objetivo común», ha señalado Louis Falo, coautor principal del estudio. «Teníamos experiencia previa en SARS-CoV en 2003 y MERS-CoV en 2014. Estos dos virus, que están estrechamente relacionados con el SARS-CoV-2, nos enseñaron que una proteína en particular, llamada proteína de pico, es importante para inducir inmunidad contra el virus. Sabíamos exactamente dónde combatir este nuevo virus», explica el coautor principal Andrea Gambotto. «Por eso es importante financiar la investigación de vacunas. Nunca se sabe de dónde vendrá la próxima pandemia», ha subrayado.
La vacuna descrita en este documento ha sido bautizada como PittCoVacc, abreviatura de Pittsburgh Coronavirus Vaccine, y a diferencia de la experimental vacuna de ARNm que acaba de iniciar los ensayos clínicos, su método de administración es novedoso, llamado matriz de microagujas para aumentar la potencia. Esta matriz forma un parche del tamaño de la punta de los dedos de 400 microagujas, estas están fabricadas de azúcar y las piezas de proteína, simplemente se disuelven en la piel. Según apuntan los científicos, son fácilmente industrializables y no necesitan refrigeración, a diferencia de las vacunas convencionales.
Los ratones desarrollaron los anticuerpos en dos semanas
«Desarrollamos este parche para aprovechar el método de rascado original similar al que se emplea para administrar la vacuna contra la viruela sobre la piel, pero como una versión de alta tecnología que es más eficiente y reproducible de paciente a paciente -comenta Louis Falo-. Y en realidad es bastante indoloro, se siente como un velcro». En las primeras pruebas los ratones desarrollaron los anticuerpos suficientes en dos semanas a partir de su administración.
La vacuna de microagujas SARS-CoV-2 mantiene su potencia incluso después de su esterilizada con radiación gamma, un paso decisivo para hacer un elemento adecuado para su uso en humanos. Es destacable que el sistema también es altamente reproducible. Las piezas de proteínas de la vacuna son fabricadas por una ‘fábrica de células’, capas sobre capas de células que se pueden apilar para multiplicar la efectividad.
«En la mayoría de las vacunas no es necesario abordar la escalabilidad en las primeras fases. Pero cuando intentas desarrollar una vacuna rápidamente contra una pandemia, ese es el primer requisito», añade Gambotto. Los investigadores se encuentran en el proceso de solicitar una aprobación de un nuevo medicamento en investigación antes de iniciar un ensayo clínico en fase I en humanos en los siguientes meses.
Aunque según ha reconocido uno de los autores del proyecto, las pruebas en pacientes requerirían «al menos un año y probablemente más».
