Los órganos fabricados en el laboratorio sobrevivieron durante cuatro días dentro de sus huéspedes animales

¿Qué buscan descubrir los científicos que trasplantaron minihígados humanos en ratas?

La investigación que creó órganos humanos ‘en miniatura’ está siendo liderada por la Universidad de Pittsburgh

¿Qué buscan descubrir los científicos que trasplantaron minihígados humanos en ratas?
Ratas PD

Una curiosa investigación se está llevando a cabo en Estados Unidos.

Los científicos de la Universidad de Pittsburgh crearon varios minihígados humanos completamente funcionales y los ha trasplantado con éxito en ratas.

Pero, ¿qué buscan demostrar?

El experimento tiene por meta probar que los organoides pueden sobrevivir durante cierto tiempo en animales después de ser trasplantados.

En el experimento, que es una prueba de concepto, es decir, demuestra la viabilidad de una técnica, los órganos fabricados en el laboratorio sobrevivieron durante cuatro días dentro de sus huéspedes animales.

Los investigadores crearon los organoides (minihígados) reprogramando células de piel humana en células madre y «convenciendo» a esas células madre para que se convirtieran en varios tipos de células hepáticas.

A continuación, inyectaron las células hepáticas humanas en un hígado de rata despojado de sus propias células.

Evolución del estudio

Como un hígado normal, los minihígados secretaron ácidos biliares y urea, con la diferencia de que estaban hechos a medida en un laboratorio.

Cuatro días después del trasplante, los investigadores constataron que los órganos implantados funcionaban correctamente.

«Ver ese pequeño órgano humano, con aspecto de hígado, dentro de un animal fue bastante genial. Una cosa que se parece a un hígado y que funciona como un hígado pero que procede de las células de la piel de una persona», destaca Alejandro Soto-Gutiérrez, profesor asociado de patología en la Universidad de Pittsburgh y autor principal del experimento.

Y aunque en todos los casos hubo problemas de riego sanguíneo dentro y alrededor del injerto, los minihígados trasplantados funcionaron: las sangre de las ratas tenía proteínas de hígado humano.

Para Soto-Gutiérrez, esta investigación es un avance en el camino hacia los órganos de reemplazo en laboratorio, pero también una herramienta útil en sí misma.

La meta final

«El objetivo a largo plazo es crear órganos que puedan reemplazar la donación de órganos, pero en un futuro cercano, veo esto como un puente para el trasplante», comenta Soto-Gutiérrez.

«Por ejemplo, en la insuficiencia hepática aguda, puede que sólo necesites un estímulo hepático por un tiempo en lugar de un hígado completamente nuevo». No obstante, reconoce el investigador, aún queda un largo trecho por investigar, y desafíos significativos como la supervivencia a largo plazo o las cuestiones de seguridad.

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