Un monstruo de hielo.
Y se llama A23a.
Un colosal iceberg está en ruta de colisión con la remota isla británica de Georgia del Sur, poniendo en peligro a la abundante vida silvestre de la región.
El gigante de hielo se desplaza lentamente hacia el norte desde la Antártida, acercándose peligrosamente a este paraíso natural ubicado en el Atlántico Sur.
Con una superficie de 3.900 kilómetros cuadrados – casi siete veces el tamaño de la ciudad de Madrid – el A23a es actualmente el iceberg más grande del mundo.
Su volumen es tan inmenso que, si se derritiera por completo, podría suministrar agua a Madrid durante todo un año.
Simon Wallace, capitán del buque gubernamental Pharos, expresó su preocupación en una entrevista con la BBC: “Los icebergs son inherentemente peligrosos. Me sentiría excepcionalmente aliviado si simplemente nos pasara de largo”.
El A23a se desprendió originalmente de la plataforma de hielo Filchner en 1986.
Durante décadas permaneció encallado en el fondo marino, atrapado en un remolino oceánico.
Sin embargo, en diciembre de 2023 finalmente se liberó e inició su viaje hacia el norte.
Actualmente, el iceberg se encuentra a unos 280 kilómetros de Georgia del Sur.
Las aguas más cálidas al norte de la Antártida están erosionando y desestabilizando sus imponentes acantilados, que alcanzan alturas de hasta 400 metros.
Un ecosistema único en peligro
La isla de Georgia del Sur es famosa por su extraordinaria biodiversidad.
Alberga importantes poblaciones de pingüinos rey y emperador, así como elefantes marinos y focas peleteras.
La llegada del A23a podría tener consecuencias devastadoras para estas especies.
Mark Belchier, ecólogo marino que asesora al gobierno de Georgia del Sur, explicó: “Georgia del Sur está situada en el callejón de los icebergs, por lo que los encuentros son de esperar tanto para las pesquerías como para la vida silvestre, ambas con una impresionante capacidad de adaptación”.
Sin embargo, la magnitud del A23a plantea desafíos sin precedentes.
Si el iceberg encalla cerca de la costa, podría bloquear las rutas de alimentación de pingüinos y focas, impidiéndoles acceder a sus zonas habituales de pesca.
Esto tendría graves consecuencias para la supervivencia de las crías, que dependen del alimento que sus padres obtienen en el mar.
Además, el roce del iceberg con el fondo marino podría dañar los ecosistemas bentónicos, hogar de una rica diversidad de especies.
Un fenómeno cada vez más frecuente
El caso del A23a no es un hecho aislado.
En 2020, otro enorme iceberg llamado A68a también se acercó peligrosamente a Georgia del Sur, aunque afortunadamente se fragmentó antes de causar daños significativos.
Geraint Tarling, ecólogo de la British Antarctic Survey, advierte: “La probabilidad de que icebergs como este entren en el Callejón de los Icebergs está aumentando y seguirá haciéndolo”.
El cambio climático está acelerando el desprendimiento de grandes masas de hielo en la Antártida, lo que podría convertir estos eventos en algo más frecuente en el futuro.
Vigilancia constante
Una coalición internacional de científicos, marineros y pescadores está monitoreando de cerca el avance del A23a mediante imágenes satelitales.
Su trayectoria es impredecible, ya que depende de las complejas corrientes oceánicas de la región.
Laura Herraiz-Borreguero, oceanógrafa de la Universidad de Tasmania, destaca la importancia del hierro presente en estos icebergs:
“El núcleo de la barrera de hielo de Amery presenta casi 500 veces más hierro que el hielo glaciar superior”.
Este hierro actúa como un fertilizante natural para el fitoplancton, la base de la cadena alimentaria marina.
Impacto en la actividad humana
La presencia de icebergs gigantes como el A23a también afecta a las actividades humanas en la región.
Newman Fanes, de una empresa pesquera que opera en Georgia del Sur, describió el impacto de un iceberg anterior: “Está fragmentado, con secciones que van desde el tamaño de varios estadios de Wembley hasta piezas del tamaño de un escritorio. Esos fragmentos básicamente cubren el área: tenemos que navegar a través de ellos”.
El capitán Wallace añadió: “Mantenemos los reflectores encendidos durante toda la noche para detectar hielo; puede aparecer inesperadamente”.
Icebergs
- •El término “iceberg” proviene del neerlandés “ijsberg”, que significa literalmente “montaña de hielo”.
- •Solo el 10% de un iceberg es visible sobre la superficie del agua. El 90% restante permanece sumergido.
- •El iceberg que hundió al Titanic en 1912 se estima que medía entre 15 y 30 metros de altura sobre el nivel del mar.
- •Algunos icebergs pueden tener colores inusuales. Los de color verde esmeralda deben su tonalidad a la presencia de óxidos de hierro.
- •En la Antártida, se han observado icebergs con formas geométricas casi perfectas, como el iceberg rectangular B-15 avistado en 2018.
- •Existen proyectos para remolcar icebergs desde la Antártida hasta regiones con escasez de agua, aunque por ahora no son económicamente viables.
- •Los inuit tienen más de 100 palabras diferentes para describir el hielo marino, incluyendo términos específicos para los distintos tipos de icebergs.
- •El sonido de un iceberg al derretirse se asemeja al de los fuegos artificiales, debido a la liberación de burbujas de aire atrapadas en el hielo.
- •Algunas empresas comercializan agua y hielo procedentes de icebergs, promocionándolos como los más puros del planeta.
- •En 2017, un pueblo canadiense llamado Ferryland se convirtió en una atracción turística cuando un enorme iceberg de 150 pies de altura “aparcó” frente a su costa.