Claves psicológicas y científicas para una vida más plena

Soltar lastre: 4 hábitos que debes abandonar ipso facto para ser feliz

Dejar de complacer, vivir en el pasado, sobrepensar y autocriticarse en exceso son trampas mentales que la psicología invita a soltar para alcanzar el bienestar

Soltar lastre: 4 hábitos que debes abandonar ipso facto para ser feliz
Pensar PD

¿Quién no ha sentido alguna vez que la felicidad se le escapa entre los dedos, como si fuera arena mojada? En una época marcada por el estrés, la autoexigencia y las redes sociales, la búsqueda del bienestar psicológico se ha convertido casi en una obsesión colectiva. Sin embargo, según la psicóloga Silvia Severino, a veces el truco no está en añadir, sino en soltar. Su receta, que ha arrasado en plataformas como TikTok, resume en cuatro hábitos lo que deberíamos dejar de hacer «ipso facto» si queremos una vida más plena y menos atormentada.

Las palabras clave aquí son felicidad, bienestar emocional y presente. Porque, según recalca Severino, insistir en ciertos patrones mentales equivale a correr en una rueda de hámster: mucho desgaste y poco avance.

Veamos de cerca estos cuatro lastres, con su respaldo científico y alguna que otra curiosidad para animar el viaje.


1. Dejar de intentar agradar a todo el mundo

La primera trampa mental es tan común como dañina: el afán de complacer. ¿Te sorprende? Según Severino, «eso de complacer a todos agota». La presión social por encajar o evitar conflictos puede provocar ansiedad crónica y una desconexión progresiva con los propios deseos.

  • Científicamente, buscar aprobación constante se asocia con niveles más altos de cortisol (la hormona del estrés) y menor satisfacción vital.
  • La psicología social ya demostró hace décadas que el llamado «síndrome del impostor» florece cuando priorizamos la validación externa sobre la interna.

¿Dato curioso? Un estudio clásico de la Universidad de Stanford mostró que las personas que dicen «no» con mayor frecuencia tienden a vivir más años. Quizá tu longevidad empiece con un buen «no» a tiempo.


2. Dejar de vivir anclados en el pasado

Cada minuto que pasas dándole vueltas a lo que fue es un minuto robado al presente. Esta frase podría figurar en cualquier manual moderno de psicología positiva. Rumiaciones sobre errores pasados o pérdidas irreparables suelen estar detrás de muchos cuadros depresivos.

  • ¿Por qué es tan difícil soltar? El cerebro humano está cableado para recordar situaciones dolorosas como mecanismo evolutivo de aprendizaje. Sin embargo, cuando esta función se vuelve obsesiva, impide disfrutar del ahora.
  • Técnicas como la atención plena (mindfulness) han demostrado ser efectivas para reducir la tendencia a vivir del recuerdo y potenciar el disfrute del presente.

En palabras de los neurocientíficos: somos «animales narrativos», pero si nuestro guion vital sólo repite escenas antiguas, nos perdemos la película del presente.


3. Frenar el sobrepensamiento

La tercera recomendación parece sencilla, pero pocos logran aplicarla: dejar de preocuparse por cosas que no se pueden controlar. El llamado overthinking o sobrepensamiento es una epidemia silenciosa en sociedades hiperconectadas.

  • Los estudios muestran que quienes caen en este bucle mental sufren más insomnio, fatiga y problemas digestivos.
  • El cerebro necesita tiempo sin procesar información para consolidar recuerdos y regular emociones. Pensar demasiado sobre problemas hipotéticos bloquea estos procesos biológicos.

Una curiosidad científica: según cálculos recientes, generamos entre 60.000 y 70.000 pensamientos diarios, pero más del 80% son repetitivos o negativos. Si tu mente fuera un canal televisivo, te estarías tragando el mismo episodio aburrido miles de veces…


4. Dejar de criticarse y juzgarse a uno mismo sin piedad

«Eres la persona a la que más criticas y a la que más juzgas«, advierte Severino. La autocrítica desmedida mina la autoestima y perpetúa círculos viciosos de inseguridad.

  • La investigación psicológica vincula los altos niveles de autocrítica con trastornos como ansiedad social o depresión mayor.
  • Practicar la autocompasión —entendida como tratarse con amabilidad ante los fallos— incrementa significativamente el bienestar subjetivo.

Un experimento realizado en Canadá demostró que las personas con mayor autocompasión recuperan antes su estado anímico tras un error público… ¡y hasta mejoran su rendimiento laboral!


Estrategias prácticas para liberarse del pasado (y otras trampas mentales)

No basta con identificar los lastres; hay que aprender a soltarlos. La literatura científica sugiere varios caminos:

  • Técnicas de relajación: respiración consciente, meditación guiada o incluso caminar por entornos naturales ayudan al cerebro a despegarse del piloto automático rumiativo.
  • Abrirse a nuevas experiencias: cambiar rutinas obliga al cerebro a crear nuevas conexiones neuronales y reduce el peso emocional del pasado.
  • Perdonarse: aceptar errores propios es clave para sanar heridas emocionales profundas y mirar hacia delante con optimismo.
  • Disfrutar lo cotidiano: practicar gratitud por pequeñas cosas activa regiones cerebrales asociadas al placer y reduce la ansiedad anticipatoria.

Curiosidades científicas sobre felicidad… y alguna anécdota

Para terminar este viaje por los vericuetos del bienestar mental, algunas perlas sorprendentes:

  • Los científicos han identificado un gen llamado SLC6A4 relacionado con una mayor tendencia al pesimismo. Pero tranquilos: el entorno y los hábitos pesan más que la genética.
  • En Japón existe una palabra —wabi-sabi— para describir la belleza de lo imperfecto e incompleto. Toda una filosofía contra la autocrítica feroz.
  • El premio Nobel Daniel Kahneman demostró que nuestra memoria tiende a exagerar los momentos malos… pero también olvida rápido los detalles positivos. Por eso conviene escribirlos.
  • ¿Sabías que reírse aumenta los niveles de endorfinas incluso si no hay motivo real? Un motivo más para dejar atrás las rumiaciones inútiles.
  • Y una anécdota histórica: Charles Darwin sufría ataques agudos de ansiedad cuando sus experimentos fallaban; decidió entonces pasear cada día por su jardín durante media hora sin pensar en nada… Lo llamaba su «terapia evolutiva».

Así pues, si buscas recetas mágicas para ser feliz, empieza por dejar ir lo innecesario: agradar a todos, vivir encadenado al pasado, sobrepensar cada detalle y fustigarte sin compasión. La ciencia —y un buen puñado de curiosidades— avalan este pequeño gran acto revolucionario.

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