Araceli Oñate.- Miles de personas se manifestaron ayer en Barcelona en contra del veto al castellano. La Sociedad Civil ha despertado del letargo en el que la postraron sus representantes políticos.
Un clamor imparable y ensordecedor de voces independientes denuncia el secuestro de la Libertad y se alza frente al adoctrinamiento de un Estado que, con lenguaje de secta, pretende cercenar la disidencia, el espíritu crítico y el derecho de nuestros jóvenes a hablar en su lengua y pensar diferente.
Ni partidos políticos ni gobiernos regionales pueden, en un Estado de Derecho, utilizar las aulas para imponer su ideología y «tunear» el concepto de ciudadano en diecisiete modelos autonómicos.
La libertad y el interés superior del menor obligan a denunciar el expansionismo totalitario del Estado en las aulas españolas.
