Ahora, toca a la Administración educativa.

(Araceli Oñate).- La sentencia del Colegio Suizo recuerda a directores y centros educativos su responsabilidad objetiva en el cuidado de los menores a su cargo. Y pone en evidencia la ineficacia de programas de convivencia y mediación, inservibles a la hora de reducir el acoso y la violencia escolar.
Ineficaces programas de convivencia que dejan a profesores y directores al pie de los caballos, abocados a encontrarse en los pasillos de un juzgado.
Pero no son los padres quienes tienen que estar muy atentos, sino el Ministerio y las Consejerías de Educación quienes deben poner manos a la obra, dar un paso adelante en el siglo XXI y erradicar la violencia, también en las aulas españolas.

El acoso escolar es el fruto podrido de la LOGSE y después de 30 años de comisiones y planes de convivencia, los Sacerdotes del Templo Educativo se limitan a pedir más de lo mismo, abandonando a los profesores frente a su responsabilidad civil y penal.

La sentencia de la Audiencia Provincial ha recordado el derecho de los escolares a disfrutar de un entorno educativo libre de violencia, el derecho y deber de los padres de proteger y velar por sus hijos y la responsabilidad de los centros educativos en el cuidado de los menores a su cargo.
Ahora, son las administraciones educativas las que deben apostar por la prevención y desde la detección precoz evitar el desafortunado recurso a los Tribunales.

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