Sánchez López denuncia la pobre contribución del sector empresarial a la ciencia, que no ha estado a la altura de la parte ofrecida por las universidades.
«Hay una conexión directa entre la calidad de vida y la ciencia». Así de contundente se ha mostrado este catedrático del Departamento de Materiales de la Universidad Autónoma de Madrid y fundador del Instituto de Energías Renovables en 1983, vinculando las investigaciones científicas con la salud y el modo de vida.
Según Carlos Sánchez López, España inició su carrera científica de forma consistente a finales de los años 80 y desde entonces el progreso ha sido continuo y asombroso, según lo han admitido entidades europeas y estadounidenses afines a la ciencia. Por desgracia, el tiempo invertido en este aspecto ha sido corto (apenas 30 años) y es eso lo que diferencia a nuestro país del resto de Europa.
Sánchez denuncia la pobre contribución del sector empresarial a la ciencia, que no ha estado a la altura de la parte ofrecida por las universidades.
En materia de presupuestos, con una solidaridad ejemplar asume que -debido a la situación que sufre el país- el dinero correspondiente a ciencia debe ser menor. No obstante, denuncia que en ningún caso deberían haberse recortado los presupuestos destinados a jóvenes investigadores.
«La situación es preocupante, si no hay jóvenes el futuro está complicado»