Los campamentos infantiles de verano, hasta la bandera, pese a la crisis

Los campamentos infantiles de verano están llenos, a pesar de la crisis. Ya sean urbanos o residenciales, públicos o privados, a 80 euros la quincena o a 400, los padres españoles han sacado el dinero de debajo de las piedras para poder «colocar» a sus vástagos sin tener que recurrir a los «sufridos» abuelos. Las asociaciones de padres piden subvenciones porque no hay suficientes plazas públicas.

Las entidades organizadoras de campamentos estivales para niños, consultadas por Servimedia, señalaron que la demanda ha sido «igual o incluso superior a la del año pasado», a pesar de que los precios han subido un poco respecto a 2009.

Así, las 64 plazas ofertadas por la Casa Encendida en 2010 para su campamento urbano, con temáticas centradas en el aprendizaje y el medio ambiente y con el precio de 80 euros por niño y quincena, se evaporaron nada más salir ofertadas. Muchos niños se han quedado en la lista de espera.

También Sport y Ocio, que se encarga de realizar este tipo de actividades en el Complejo Somontes, situado en El Pardo, ha experimentado igual demanda que durante el verano de 2009.

«En total son 200 niños, más o menos como el año pasado», destacó el encargado de las actividades, Ion Goikoetxea, quien señaló que siempre el número de pequeños durante la segunda quincena de julio desciende porque más padres cogen sus vacaciones en este periodo.

No obstante, hay quienes prefieren enviar a sus hijos durante 15 días a campamentos residenciales en los que los menores se quedan a dormir. Este tipo de alojamientos sí se ha visto influido por la crisis económica, «se ha notado un poco», señala un portavoz de Tatanka Camp, que destaca que el negocio ha intentado fomentar la inscripción de niños a través de ofertas especiales para empresas.

Aun así, las variaciones en el número de alumnos han sido mínimas. «La diferencia con el año anterior ha sido de cinco niños menos en el primer turno y de diez en el segundo», concreta un empleado del Campamento Peñas Blancas, hospedaje que oferta más de 1.000 plazas cada verano.

Sin embargo, aunque este año los campamentos urbanos se han convertido en la actividad idónea para que los más pequeños estén entretenidos, muchos menoes se han tenido que quedar en casa o irse al pueblo con los abuelos por falta de plazas o de dinero.

Por ello, desde las asociaciones de padres se insta a las administraciones públicas a que realicen un esfuerzo y oferten mayor número de plazas o subvencionen los precios.

Así, desde la Confederación Española de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Ceapa) recalcaron la importancia de facilitar la conciliación familiar. «No sé si la subvención de este tipo de actividades es una solución o no, pero es algo necesario», afirmó el presidente de Ceapa, Pedro Rascón, aunque reconoció que en tiempo de crisis económica es complicado encontrar subvenciones.

Asimismo, Rascón explicó a Servimedia que lamenta que no se utilicen los colegios para organizar más campamentos. «Las instalaciones deben tener un uso y cerrarlas es de alguna forma un despilfarro». Además destacó las dificultades a las que se enfrentan muchas asociaciones de padres que desean organizar actividades en los centros.

Mientras tanto, el presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa), Luis Carbonel, remarcó la importancia de este tipo de actividades para la formación personal y social de los niños.

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