Mientras en España el fracaso escolar –personas que no terminan la educación obligatoria– alcanza el 30%, en Finlandia no llega ni al 1%. Y eso que la enseñanza privada apenas existe.
La razón principal es que para ser maestro en Finlandia hay que haber sido un estudiante excepcional –nota media de 9 en Bachillerato– y realmente desearlo, ya que son muy pocos los que consiguen superar todas las pruebas. Por eso es una de las profesiones mejor valoradas.
Pero lo mejor para entenderlo es ver este reportaje ‘Sistema Educativo Finlandés’, dividido en tres segmentos de diez minutos:
Y si además se complementa con este reportaje del programa ‘Redes para la ciencia’, de Eduard Punset, ya tendrá la visión completa: