Diego tiene 6 años… estas fueron las primeras palabras de Begoña, una madre afectada por la imposición lingüística denunciada por Galicia Bilingüe a través de un comunicado enviado a la redacción de Periodista Digital y que reproducimos íntegramente por su interés.
Begoña tiene dos hijos, de 12 y 6 años, escolarizados en un colegio público de La Coruña. Durante la época del gobierno bipartito el mayor estudiaba con los libros en español porque su madre, que le ayuda a hacer los deberes y a preparar los exámenes, comprobaba que aprendía mejor en su lengua materna. El niño no tuvo ningún problema en el colegio y aprobó con buenas notas.
Este curso, Diego, el pequeño, empezó 1º de primaria coincidiendo con la entrada en vigor del nuevo decreto aprobado por la Xunta, que obliga a impartir en gallego Conocimiento del Medio, la asignatura con más terminología y texto para memorizar.
Mientras su hermano consigue estudiar con su libro, a Diego, en el mismo centro, se le recrimina a voz en grito en clase por llevar el libro de Conocimiento del Medio en español, y no puede trabajar con su propio material como sus compañeros sino que se le sustituye el libro que le ha comprado su madre por unas fotocopias.
Incluso se le ha obligado con muy malos modos ante toda la clase a deshacer el trabajo realizado en su libro o a despegar las pegatinas que tenía en el libro y pegarlas en las fotocopias.
También le pegaron un «post it» sobre él y le dijeron que se lo devolviera a su madre. Ante la determinación de Begoña, y dado que no existen sanciones previstas por utilizar un libro en una determinada lengua, la profesora decidió no darle clase de Conocimiento del Medio a todo el grupo hasta que Diego dejara de llevar el libro en español, una situación que se prolongó durante todo el mes de enero.
Begoña ha presentado cinco escritos ante el colegio y la Inspección educativa, pero le siguen negando ese derecho. Incluso se lo pidió personalmente al Conselleiro de Educación al final de una charla que Jesús Vázquez ofreció en La Coruña para hablar sobre la Ley de convivencia, pero la respuesta del Conselleiro, asegurando que haría todo lo posible para ayudarla, se tradujo en una entrevista con la jefe territorial de Educación quien, además de negarle a Diego el derecho a usar el libro en español, le dijo que estaba haciendo política con su hijo.
Finalmente Begoña ha presentado un recurso de alzada, que de no resolver la situación, desembocará en un recurso por la vía contencioso- administrativa para que sea un juez quien dictamine si, con la legislación vigente, se le puede impedir a un niño utilizar un libro en una lengua oficial en clase.
Paradójicamente, Galicia Bilingüe tiene constancia de que el uso de libros en gallego para todas las asignaturas está muy extendido sobre todo en los institutos. En muchos centros se han repartido de forma gratuita los libros de préstamo del curso pasado o han sido las ANPA las que los han vendido a un precio simbólico; es algo fácil de comprobar dado el gran número de alumnos que los tienen; además, su distribución se ha publicado en los tablones de anuncios e incluso algunos directores la han difundido en las reuniones con padres a comienzos de curso. A Galicia Bilingüe le parece bien siempre que sea voluntario aunque muchos padres los aceptaron porque en español los tenían que pagar, pero es inadmisible que no se permita usarlos también en español.
«Espero que la Xunta no diga que el de mi hijo es un caso puntual» declaró Begoña «conozco a niños que usan el libro en español sin problemas y también a muchos padres que lo han intentado pero han tirado la toalla. Yo decidí seguir adelante porque Diego es un niño muy alegre, positivo y decidido pero no imaginé que llegaríamos a esto, ahora lo está pasando mal. La frialdad y falta de sensibilidad de la Xunta con mi hijo me parecen increíbles».
Mientras que con Diego, un niño de 6 años, la Xunta se muestra implacable, hay 4500 profesores insumisos que han proclamado su negativa a dar clases en español, que han presentado en el registro de la Xunta un listado con sus nombres y que retan a la Consellería a denunciarlos en videos colgados en internet.
La Xunta tiene manga ancha con ellos a pesar de que están incumpliendo el decreto y perjudicando en muchos casos a alumnos que preferirían tener las clases en español. Diego, por el contrario, no perjudica a nadie ni incumple la Ley, en todo caso la Xunta sí estaría incumpliendo la LNL ya que según la jurisprudencia del Tribunal Supremo este niño debería recibir toda la enseñanza en lengua materna al estar cursando el primer ciclo de primaria.
Gloria Lago, presidente de la asociación, lamentó que esta fuese otra promesa incumplida y algo absurdo e incoherente:
«no sirve de mucho dar libertad a unos niños para que hablen en un idioma en clase si su libro está en otro; no pretenderán que hagan una traducción simultánea cada vez que leen en voz alta… o que redacten en español los exámenes pero con la terminología en gallego.»
En la rueda de prensa también se mostraron las declaraciones de la Consellería durante la semana posterior a la publicación del anteproyecto de Decreto.
Hasta el miércoles de esa semana se afirmó en prensa que habría libertad de lengua para el uso de los libros, pero tras una reunión, aparentemente privada, de Anxo Lorenzo con los editores el miércoles 17 de marzo, el discurso cambió radicalmente, de lo que podría deducirse que han pesado más los intereses económicos de un sector que los compromisos electorales y la mejor formación de los alumnos. La rueda de prensa, cuya grabación GB va difundir en internet, finalizó con dos preguntas dirigidas al presidente Feijoo:
¿Qué se va a hacer con Diego?
¿Cuál fue el contenido de la reunión entre Anxo Lorenzo y lo editores el 17 de marzo de 2010?