El marinero fascinó a la corte británica y se ganó la confianza del rey Enrique VII

¿Sabían que un tío de Lepe fue ‘rey de Inglaterra’ todo un día?

Juan de Lepe logró su proeza, tras ganarle una apuesta a los naipes al monarca

¿Sabían que un tío de Lepe fue 'rey de Inglaterra' todo un día?
Enrique VII de Inglaterra. EP

Entre las diferentes anotaciones curiosas que estos días encontramos en la blogosfera, nos gustaría destacar la publicada en la bitácora «Historias de la Historia» en la que Javier Sanz recupera uno de los episodios que más enorgullecen a los vecinos de Lepe. No es para menos.

Su protagonista es Juan de Lepe, un marino de esta localidad onubense que en algún momento del reinado de Enrique VII (finales del siglo XV) llegó a Inglaterra y, con su gracia, picardía y astucia, consiguió ganarse la confianza de la austera corte real y la del mismísimo monarca.

Cuenta ABC, tras rebuscar en las bibliotecas, que Enrique VII era un rey al que le gustaba pasar largas temporadas en palacio y distraerse con todo tipo de espectáculos y juegos de azar. Así es como nuestro saleroso marinero de origen plebeyo pronto fue su confidente, amigo, bufón y compañero de juegos hasta tal punto que un buen día el monarca se jugó las rentas del reino, «por un día», a una partida doble de naipes.

Juan ganó la partida y se hizó pública en toda el país, siendo saludado como «el pequeño rey de Inglaterra» (The little king of England).

Por supuesto no se conformó sólo con el honor y durante esa jornada se aseguró su futuro haciéndose con un buen montón de prevendas, derechos y lucros y con el consiguiente permiso para poder llevarse a España todo lo conseguido.

A su regreso, no tardó en disfrutar sus riquezas en su pueblo natal, donde también donó parte de la fortuna a los monjes franciscanos, que una vez fallecido, lo ordenaron enterrar en el Convento de Nuestra Señora de la Bella bajo una lápida en la que rezaba su nombre y su hazaña en el extranjero:

 

«En la Iglesia de este convento (Ntra. Sra. de la Bella) aún se ve el sepulcro de cierto Juan de Lepe, nacido de baja estirpe del dicho pueblo de Lepe, el cual como fuese favorito de Enrique VII rey de Inglaterra con él comiese muchas veces y aun jugase, sucedió que cierto día ganó al rey las rentas y la jurisdicción de todo el reino por un día natural, de donde fue llamado por lo ingleses el pequeño rey…»

El expolio que vivió la iglesia a principios del siglo XIX hizo que no se conservara esta lápida (de la que tenemos constancia gracias a la obra Origine Seraphicae Religionis (1583) del padre Francisco de Gonzaga), pero los leperos no han dudado en dedicarle una calle junto al Ayuntamiento de la localidad.

Tradicionalmente también se le asigna el dicho «Saber más que Lepe», aunque realmente se refiera a otra persona, el obispo Pedro de Lepe.

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