Fiel hasta el último segundo a sus tendencias necrófilas, el Gobierno de Zapatero se propone levantar a Franco de su tumba y, ya de paso, cambiar de sitio la de José Antonio Primo de Rivera en el Valle de los Caídos
A José Luis Rodríguez Zapatero, presidente en funciones del gobierno del reino de España, los periodistas más ‘pelotas’ siempre le han atribuido un uso magistral de los tiempos en política.
Esa virtud, discutible como casi todas, queda en entredicho a propósito de lo que ha sido una de las ‘perlas‘ de su quehacer político durante los casi ocho años que ha estado instalado en La Moncloa: ganarle la guerra a Francisco Franco siete décadas después de concluida esta.
En el caso de la proyectada conversión del Valle de los Caídos en un parque temático socialdemócrata, ni siquiera los aduladores más montaraces de ZP pueden afirmar que el todavía presidente ha realizado un ejercicio sublime de ponderación temporal, porque haber convocado a un panel de expertos en necrofilia ideológica sin tiempo para que su dictamen pueda ejecutarse demuestra que el leonés, en este caso también, ha realizado un cálculo de los plazos bastante deficiente.
En cualquier caso, la polémica esta servida y basta la mención al Valle, para que se dsiparen las palabras y se encone el debate.
El periodista José María Calleja –Parque temático del franquismo– afirma queFranco ideó el Valle de los Caídos como un homenaje berroqueño y perpetuo a su propio régimen, como una inmensa tumba para alojar a los mártires que combatieron en el llamado bando nacional, en lo que el dictador definió como Cruzada, también como un mausoleo para él mismo:
Estéticamente, Cuelgamuros es irrecuperable para la democracia, pero al menos se debería establecer un sistema para que los turistas que visitan el templo y los españoles que tengan ganas de verlo puedan saber que en España hubo una dictadura que duró 40 años de miedo y que un dictador, Francisco Franco, dio un golpe de Estado para derrocar el democrático Gobierno republicano y procedió al exterminio sistemático de todos aquellos que se opusieron a él.
José María Romera, en ‘La Verdad de Murcia’, escribe:
«Salvo que como el necio machadiano confundamos valor y precio, hay que reconocer que el Valle de los Caídos aporta poca cosa al patrimonio cultural del país. El factor artístico no debería ser, por tanto, un obstáculo para tomar decisiones valientes sobre su futuro».Pablo Molina -De Valle de los Caídos a Progreland- abre algunas dudas:
Palo Molina, en Libertad Digital –Del Valle de los Caídos a Progreland– anre algunas dudas:
«La reconversión del Valle de los Caídos en un parque temático progresista, ay, tendrá que esperar unos años más, al menos hasta que el PSOE vuelva a recuperar el gobierno, y no es previsible que, con el legado de su última etapa, vaya a suceder en esta década. Aunque, quién sabe, si la agitación callejera de la izquierda contra el gobierno del PP llega a ciertos límites, igual D. Mariano se muestra generoso con nuestras gentes de progreso y les autoriza a hacer lo que quieran con el Valle y con los restos de Franco y José Antonio. Las reformas económicas exigen tantos sacrificios…»
Nosotros traemos a estas páginas a dos personajes, ambos relevantes, que sostienen al respecto posturas encontradas. Estos son sus argumentos:
Gaspar Llamazares, diputado de Izquierda Unida por Asturias:
«Este recinto debe ser un espacio de memoria democrática».
- 1. Considero que sí deben trasladarse los restos del dictador Francisco Franco de su ubicación actual en el Valle de los Caídos. No obstante, partiendo de la base de que este tema ha vuelto a la actualidad mediática esta semana a raíz del informe hecho público a comienzos de la misma por parte de la Comisión de Expertos para el futuro de este recinto, opino que sería reduccionista centrar todo el debate en dónde quedan o dónde pueden ir estos restos.
- 2. Hay que situarse en el momento actual. El tema del Valle de los Caídos y el futuro de cuál debe ser su utilización más conveniente en pleno siglo XXI va mucho más allá de esto, entre otras razones por la circunstancia de que por mucha buena voluntad que se haya tratado de poner en este informe lo que sigue prevaleciendo es el veto que puede mantener la familia del dictador y la Iglesia católica sobre esta cuestión, lo que reduce cualquier debate en este sentido a una mera paradoja.
- 3. Sigue habiendo puntos oscuros. Nuestra opinión es que aunque el citado informe aporta algunos elementos positivos, siguen sin despejarse un buen número de dificultades y problemas que mantienen impedimentos claros para recuperar este recinto como un verdadero espacio de memoria democrática, tal y como señala la ley.
- 4. Hace falta que alguien tome decisiones ya. Mientras se mantenga este statu quo sobre la adopción de decisiones y mientras permanezcan tabúes en relación a cualquier prevalencia en la toma de medidas específicas en este espacio seguirán existiendo más obstáculos que soluciones para la democratización del mismo.
Fernando Paz, historiador:
«Es una medida inadmisible por sectaria».
- 1. No, en modo alguno. El Valle de los Caídos es un monumento a la reconciliación, en el que se encuentran enterrados soldados de ambos bandos, sin distinción alguna, al amparo de la cruz. Es un hecho que Franco tuvo más respeto a los muertos del que se les tiene hoy.
- 2. El propósito de tan inicua iniciativa es el de ajustar cuentas con un adversario que ya no puede defenderse. Franco se les murió en la cama (por cierto, en la Seguridad Social) y eso es algo que, probablemente, no se perdonan a sí mismos. Se les podría aplicar la sentencia de Tácito sobre el emperador Galba: «Fue ultrajado a su muerte con la misma bajeza con la que había sido adorado en vida».
- 3. Esta tentativa resulta consecuente con la orwelliana reelaboración del pasado acaecida durante los últimos años. La construcción de un relato puerilmente maniqueo sobre nuestra historia, forma parte del proyecto de ingeniería social diseñado para modelar la conciencia de los españoles.
- 4. Es, además, inadmisible por sectario. No es casual que, mientras se propone la exhumación de los restos de Franco, se inaugure un busto de Azaña -previo pago de su lifting- en el Congreso de los Diputados. Y que se retiren las estatuas de quien fuera Caudillo de España y se erijan monumentos a las Brigadas Internacionales. A esta burda manipulación le llaman reconciliación. Es el nuestro un país sin más ley que la del embudo.