La víctima, enseñante en un instituto de Cabezón de la Sal, fue derribada por la espalda

Sólo 14 meses de cárcel para un joven por patear la cara a un profesor

El magistrado condena al joven a indemnizar con 13.500 euros al profesor por las lesiones y las secuelas

Sólo 14 meses de cárcel para un joven por patear la cara a un profesor
Bota, violencia, patada y abuso. PD

El hombre estuvo casi cinco meses de baja y le han quedado como secuelas una pérdida de capacidad auditiva, un trastorno por estrés postraumático y varias cicatrices

En una sentencia conocida este 9 de junio de 2012, el titular del Juzgado censura la «brutalidad» del joven contra el profesor al que, según dice, agredió «con descarada y patente alevosía», y «de forma vil, artera y cobarde».

Según se explica en la sentencia, los hechos ocurrieron en abril del año 2010 en unas pistas deportivas de la localidad. El acusado, que tenía entonces 19 años, se encontraba en el lugar junto con otros chavales, mientras que el profesor pasaba por allí de camino al instituto.

Como le pareció oír insultos dirigidos a él, el profesor se volvió hacia el grupo de jóvenes, entre los que había algunos alumnos del centro.

Los chicos siguieron entonces faltándole al respeto y decidió llamar a la Guardia Civil. Pero mientras intentaba contactar con el cuartel, de espaldas a los jóvenes, el acusado le agarró de una pierna y tiró con fuerza haciendo que cayera al suelo.

En ese momento, el procesado, que responde a las iniciales J.R.S., comenzó a propinarle patadas en la cabeza y otras partes del cuerpo, una agresión a la que se sumaron después sus amigos y que cesó cuando intervino una vecina y los jóvenes salieron huyendo.

Como consecuencia de la agresión, el profesor sufrió diversas contusiones, un traumatismo craneal y una herida en una oreja en la que tuvo que recibir ocho puntos.

El hombre estuvo casi cinco meses de baja y le han quedado como secuelas una pérdida de capacidad auditiva, un trastorno por estrés postraumático y varias cicatrices.

El magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2, José Hoya, señala en la sentencia que el propio agresor reconoció en su declaración la «cobarde agresión» por la espalda y la intentó justificar alegando que el profesor había dado un empujón a su hermano.

El juez rechaza tal argumento exculpatorio porque, de aceptarlo, cree que se alteraría «cualquier escala de valores medianamente lógica en un estado civilizado». Además, no acepta que se hable de legítima defensa cuando ni el acusado ni el resto de jóvenes que se sumaron a la agresión tuvieron «la más mínima lesión».

Censura además duramente la cobardía con la que actuó el joven.

«En un arranque de valor, por la espalda, (el acusado) ataca y propicia el derribo del profesor, para finalmente, en un dechado de valor del que al parecer se siente orgulloso, y cuando ya se encontraba vencido e indefenso en el suelo, patearle la cara hasta provocarle unas lesiones que son prueba evidente de la brutalidad del acusado hacia la víctima».

Con estos argumentos, el magistrado condena al joven a catorce meses de prisión por un delito de lesiones y a indemnizar con 13.500 euros al profesor por las lesiones y las secuelas.

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