Nos han quitado la beca de comedor, nos exigen uniforme, ¿qué pretenden?
Tenían preparada la ‘emboscada‘. Todos iban ataviados con las camisetas verdes por la ‘defensa de la educación pública’ y exhibían carteles en los que se podía leer:
«El ‘tupper’ pone en riesgo la alimentación de los alumnos».
Una de las mujeres, especialmente nerviosa, ha sido la que ha lanzado contra Esperanza Aguirre la fiambrera vacía que portaba otro de los manifestantes.
Aguirre fue recibida en el colegio público Virgen de Navalazarza entre vítores pero también con la protesta de cinco interinos que ya no trabajan en los centros de la Comunidad y de algún padre.
La protagonista de la agresión, que responde al nombre de Sandra Peralta, argentina de 47 años y madre de dos niños de 6 y 16 años, afirmaba estar en paro y dice que le tiró el tupper a Aguirre «para ver si lo cogía».
«Pretenden que paguemos los libros. Nos han quitado la beca de comedor, nos exigen uniforme, ¿qué pretenden?».
A su alrededor y una línea similar, cinco profesores pedían «Menos tupper y más maestros».
La mujer, casi histérica, repetía una y otra vez:
«¡Y la aplauden! ¡A esa sinvergüenza!».
Y al fondo, alrededor de 20 vecinos han vitoreado a la presidenta instando ocasionalmente a los manifestantes que pararan sus quejas con un «ya está bien».
La Guardia Civil se limitó a pedir a la mujer de la tartera voladora que se identificara, momento en el que ella, tras decir que no sacaría documento alguno, dijo llamarse Sandra Peralta.
LA VERSIÓN DE LA LANZADORA
En una entrevista con Pilar Alvarez, de ‘El País’, la lanzadora de tuppers explica que fue este lunes al colegio de su hija, el centro público Virgen de Navalazarza de San Agustín de Guadalix, a pedir que le apuntaran en el sistema de préstamo de libros.
“Me quedé hablando con los profesores que protestaban en la puerta”.
Fueron ellos, los de la camiseta verde, quienes le dieron un cartel y una tartera.
“La idea era entregársela y preguntarle si ella llevaría a su hijo con un tupper de comida para recalentar al colegio, pero no me dejaron”.
Peralta, que gritaba a la presidenta mientras dos agentes la Guardia Civil intentaban frenarla, lanzó el tupper a Aguirre sin alcanzarla.
“Quería dárselo, no tirarlo”.
Tiene dos hijos, una niña de 6 años y un chico de 16. Recuerda la escena y repite:
“¡Qué vergüenza, qué vergüenza! Me arrepiento de ese impulso”.
“Entiendo que haya gente que crea que perdí la razón y se me fue la olla, pero seguro que ellos tienen garantizado el techo. Nosotros vivimos en una situación extrema”.
Peralta, argentina de 47 años, se mudó hace 12 a España con su marido burgalés, de 58.
Explica que tenía una casa que perdió porque su marido avaló “a quien no debía”.
El negocio de empanadillas criollas que montaron tres años atrás en Alcobendas echó la persiana en julio. Se comió todos sus ahorros.
En diciembre de 2011 perdió su empleo en una fábrica de sándwiches. Ingresa 630 euros de paro y 200 de la pensión de su madre, que vive con ellos y la acompañó ayer al colegio.
El alquiler de un adosado a las afueras del municipio asciende a 1.000 euros que completan con ayudas familiares y con “trabajillos”.
Ella limpia casas y su marido hace chapuzas de pintura.
“No existen ayudas de ningún tipo para parejas mayores, es difícil encontrar trabajo”.
Este curso ha perdido la beca para los libros de su hija (que la Comunidad cambió por un sistema de préstamos) y tampoco recibirá la de comedor.
“A los pobres no se les puede apretar así”.
INAUGURACIÓN DEL CURSO
Esperanza Aguirre ha anunciado que todos los colegios nuevos que se construyan en la región serán bilingües sin necesidad de votación por parte del claustro de profesores.
Así lo ha dado a conocer durante el acto de apertura oficial del curso escolar 2012/2013 celebrado en el colegio público Virgen de Navalazarza de San Agustín del Guadalix.
«A partir del próximo curso, todos los nuevos colegios que se construyan, que abran, van a nacer ya como colegios bilingües».