En un momento tan delicado como el que millones de españoles estamos viviendo, a algunos políticos se les ha ocurrido sacarnos de la crisis invirtiendo en casinos; una industria, la del juego, que no está exenta de polémica. Si se trata de asemejarnos al sueño americano a través de uno de sus iconos más cinematográficos, los casinos de Las Vegas, bien podríamos plantearnos un acercamiento al modelo americano a través de otro de sus emblemas: la educación y la investigación.
Esta es la reflexión que inspira hoy, 13 de septiembre de 2012, el blog de Principia Marsupia en Público.es.
Parece que nuestros dirigentes han conseguido traer Las Vegas a España. Pero, puestos a imitar un icono americano, ¿por qué no copiar la Universidad de Harvard?
La Universidad de Yale acaba de inaugurar un campus en Singapur, la Universidad de Berkeley en Shanghái. ¿Y si nosotros hubiésemos ofrecido a estas instituciones todas las facilidades que se le han dado a Adelson?
No me importa que no sea Harvard, ni un gran centro de investigación. Pero, ¿no podemos apostar por un proyecto que nos haga soñar en este dichoso país? ¿Queremos ser recodados como aquellos que para salir de una crisis inmobiliaria comenzaron a construir mega-casinos y parques de atracciones?
En 1961, Kennedy propuso poner un hombre en la Luna antes del final de la década. Durante los años siguientes, el presupuesto de la NASA se multiplicó hasta representar el 4% del presupuesto federal de los EEUU (hoy no llega al 0,5%). Kennedy no tenía ni idea de aerodinámica, ni de los complejos problemas técnicos que habría que resolver. Ofreció algo más importante: un sueño colectivo y la voluntad política para alcanzarlo.
Hoy, aquel sueño hecho realidad, no sólo es el orgullo de los norteamericanos. Instituciones como Harvard o la NASA son admiradas hasta por el más acérrimo anti-yankee. Y si queréis también podemos hablar de beneficios económicos: cada dólar invertido en la NASA generó 7 dólares en la economía estadounidense.
¿Lo único que soñamos nosotros es que vengan a montarnos Las Vegas?
La crisis económica está generando un tremendo sufrimiento humano. Pero, a la vez, nuestro país está viviendo un momento colectivo fascinante. Hace unos años, cuando todo parecía ir bien, a casi nadie le importaba la política. Hoy, hasta mi abuela discute sobre las prioridades en los presupuestos del gobierno.
¿Por qué no aprovechamos esta crisis para construir algo de lo que nos podamos sentir orgullosos? ¿Nos vamos a resignar a seguir siendo los primos chabacanos de Europa?