En California, la Cámara de Representantes y el Senado han aprobado una ley gracias a la cual un niño podrá tener legalmente tres padres.
Según explica Aceprensa, la norma, que ahora deberá ser refrendada con la firma del gobernador demócrata del estado Jerry Brown, es consecuencia directa de la normalización de la paternidad homosexual, puesto que si bien en California no está permitido el matrimonio homosexual sí se garantiza por ley desde el año 2005 a los integrantes de estas parejas prácticamente los mismos derechos que tienen las parejas legalmente casadas, incluyendo la potestad de «criar niños dentro de la misma familia».
La polémica sobre la legalización del matrimonio homosexual en California viene de lejos. De hecho llegó a entrar en vigor durante seis meses antes de que fuera abolido tras la realización de un referéndum.
Es este un tema que se mantiene en estado latente tanto en las cámaras legislativas como en los tribunales.
Lo explica en la revista Public Discourse Jennifer Roback Morse, doctora en Economía y fundadora del Ruth Institute:
«Una vez que empezamos a intentar normalizar la paternidad por parte de parejas del mismo sexo y a redefinir el matrimonio para remover el requisito de la heterosexualidad, teníamos que acabar metidos en la paternidad triple».
Se trata de una situación que habría podido evitarse si la legislación prohibiera que un niño criado por una pareja homosexual tuviera relación con sus padres biológicos tal y como sucede en los casos de donación anónima de gametos. Pero no es este el único problema.
Puede también darse el caso de que en una pareja de lesbianas, una de ellas conciba un hijo mediante inseminación artificial o por una relación sexual con un hombre al que desean integrar en su relación como padre biológico de la criatura.
Incluso, si el hombre no quisiera integrarse en el proyecto de vida de esa pareja, sí podría querer estar con su hijo biológico. El resultado en cualquier caso vuelve a ser un niño con tres padres.
No se trata de hipótesis descabelladas. La ley concede a los tribunales un amplio margen de discrecionalidad para discernir, en cada caso y «en interés del menor«, si un niño puede tener más de dos padres naturales o adoptivos.
«En lugar de limitarnos a reconocer y registrar la realidad biológica y pre-política que es la paternidad, estamos dando a los agentes del Estado la autoridad para construirla. Y todo esto para el mejor interés del menor, claro», escribe Roback Morse.
Esto ha movido al senador Mark Leno a promover el proyecto de ley sobre paternidad triple recién aprobado. En declaraciones a NBC News, el senador explicó que el pasado año, cuando la ley en California sólo permitía dos padres, un tribunal federal denegó la custodia de una menor a su padre biológico a pesar de que de sus madres, ambas lesbianas, una estaba cumpliendo condena en prisión y la otra hospitalizada.
Finalmente fue el Estado quien se encargó de la custodia de la muchacha.
Pero como Roback Morse explica, el razonamiento de Leno, si bien no es falso, sí es incompleto, puesto que es la idea de equiparar las uniones homosexuales al matrimonio la que ha abonado el terreno para la aprobación de la la ley de la triple paternidad.
Una triste historia
Lo cierto es que, desvela Aceprensa, aquella menor tenía tres padres. Su madre, Melissa, se casó con otra mujer, Irene, en octubre de 2008, aprovechando el periodo de seis meses en que el matrimonio homosexual fue legal en California.
Pero Melissa tuvo a su hija con un hombre llamado Jesús durante uno de los periodos en que se separó de Irene que pasó a ser la «madre presunta» (no adoptiva), según la interpretación que se hizo de la Uniform Parent Act.
Por si esto fuera poco, el problema se complicó cuando el antiguo novio de Melissa, José, apuñaló a Irene y Melissa acabó en la cárcel acusada de complicidad con José. Al no poder hacerlo ni Melissa ni Irene, el padre biológico, Jesús, decidió hacerse cargo de la niña.
Pero los tribunales decretaron que la menor volviese a estar bajo la custodia de Irene cuando esta abandonase el hospital, a pesar de no haber convivido con ella más de cuatro semanas desde que nació.
Para Roback Morse resulta evidente que la solución a este trágico caso no es hacer una nueva ley.
«La solución pasa por reformar la ley para que una persona que no guarda relación alguna con el hijo, ni biológica ni por lazos de adopción, pueda ser considerado padre. La solución pasa por dejar de exigir un estatuto basado en una interpretación libre de género cuando tendría que estar basada en la biología, en las diferencias sexuales. No todo el mundo coincide en que el fin público esencial del matrimonio es ligar a las madres y a los padres entre sí y a sus hijos. Pero no termino de ver cómo alguien puede llegar a negar que ligar a los hijos a sus madres y a sus padres es uno de los fines primordiales del matrimonio».