El servicio tradicional de comedor escolar supone un coste que se desliza entre los 80 y los 130 euros al mes por niño
El curso escolar con la confusión sobre los niños que se llevan la comida al colegio ya que muchas comunidades autónomas aún siguen estudiando la posibilidad de la medida, y las que ya la han autorizado, han relegado el establecimiento de tarifas a los propios centros escolares.
La mayoría aún no ha resuelto este punto, a excepción de Cataluña, que ya anunció el cobro de hasta tres euros por día y niño en concepto de uso de los comedores, de la limpieza y las labores de asistencia a los menores durante la comida.
La tasa de tres euros –según la Conselleria de Educación de Cataluña la media estaría en dos euros, dependiendo del centro– ha sido criticada desde diversos colectivos sociales al ser juzgada excesiva.
El coste de un menú completo escolar se mueve entre los cuatro y los seis euros, lo que podría provocar que las tarifas de la fiambrera rozasen el coste del menú escolar.
Las escuelas explican que la ‘opción tartera’ también les acarrearía costes como el mantenimiento de las instalaciones de comedor, los microondas y neveras necesarios y la supervisión de los menores. Sin embargo, esta tarifa por niño y día rebasaría los costes que alegan los colegios.
Patricia C. Serrano en El Economista ha hecho el cálculo de esos costes tomando como ejemplo un colegio donde cien niños se acojan a la opción de llevar su comida en ‘tupper‘.
Dicha escuela establece una tasa de dos euros por día y niño por este servicio, percibiendo así un total de 4.000 euros al mes.
El centro tiene que afrontar ahora unos gastos que establecemos con cifras al alza: la limpieza del comedor, 20 euros al día; la supervisión de los menores, 15 euros al día; el uso de dos aparatos microondas nuevos cada año, 10 euros al mes; el uso de frigoríficos nuevos cada año para la conservación de las tarteras, 112 euros al mes.
En total, y redondeando de nuevo al alza, 925 euros al mes le cuesta a esta escuela el correcto funcionamiento de la medida.
Pero había recaudado 4.000 euros al mes por la tasa a dos euros -en algunos centros catalanes subiría hasta tres euros, con lo que hablaríamos de 6.000 euros mensuales-.
De tal manera, que este colegio hipotético vería al mes unos beneficios de más de 3.000 euros por la ‘opción tartera’.
Un negocio redondo podría esconderse tras una alternativa diseñada, en un principio, para aliviar la carga económica a las familias ante el deterioro de las cuentas domésticas.