Historias del carnet de identidad

¿Sabías que Franco tenía el DNI número 1 y que la Familia Real posee del 10 al 99?

En 2006 se introdujo el DNI electrónico y el número 13 no lo tiene nadie en España por motivos de superstición

Es el número más implantado en nuestro memoria, después de nuestra fecha de nacimiento.

Mucho más que el del teléfono e incluso que los aniversarios.

Lo enumeramos de carrerilla sin pestañear, cuando una indiscreta funcionaria nos lo pide para poder identificarnos o cuando queremos abrir una cuenta bancaria; lo necesitamos para viajar en avión, allá donde vayamos nos acompaña y así será hasta el día que fenezcamos.

El DNI es nuestro ADN administrativo.

Incontables son los casos paradójicos de ciudadanos que se encuentran con que no se pueden dar de alta en una compañía telefónica porque su DNI pertenece a un moroso con documento nacional parecido o reciben una factura de gas espasmódica porque se han equivocado en un número del documento nacional.

Errores anecdóticos que por muy incrédulos que parezcan nos demuestran que nuestro número identificativo es susceptible de tergiversaciones por parte de un despistado funcionario, lo que se ha venido a llamar un «error administrativo«”.

Según la Policía, es imposible que en España haya dos personas con el mismo Documento Nacional de Identidad.

Pues ni lo uno, ni lo otro. Hay bastantes españoles con DNI repetidos -sobre todo los que tienen números antiguos, cuando el proceso se hacía en Comisaría y era totalmente a mano- y hay gente que ha usado y usa los números reservados a la Casa Real.

Según consta en los archivos del Ministerio del Interior, Cristina de Borbón y Grecia tiene el DNI número 00000014Z, pero según aparece en varios documentos oficiales de diputaciones y de ayuntamientos de toda España, al menos ocho personas también usan ese número.

La historia se repite con el documento de identidad de su hermana mayor, Elena de Borbón (al menos cinco casos), con el de la Reina Sofía, el Rey Juan Carlos y con decenas de los números de DNI que van del 10 al 99 y que, según explican desde la Unidad de Documentación de la Policía Nacional, están reservados para la Familia Real.

En un primer barrido por Google saltan al menos 40 casos.

LOS DNI REALES

La Familia Real posee los números exclusivos del 10 al 99, a excepción del número 13 que no lo tiene nadie por motivos de superstición, aunque en este caso la mala suerte no ha sorteado La Zarzuela.

Cuando Franco firmó el decreto el 2 de marzo de 1944, que supuso el destierro de las cédulas personales para dar paso al documento nacional de identidad, el Generalísimo reservó los números del 1 al 3 para su familia.

El primer carné se expidió en 1951 y fue a parar al bolsillo del General con el número 1. Su mujer, Carmen Polo, tendría el 2 y su hija, Carmen Franco, el 3. Del 4 al 9 quedaron vacantes.

Y el Rey emérito Juan Carlos tiene el 10, le sigue la Reina Sofía con el 11, la Infanta Elena con el 12, la infanta Cristina con el 14 y el Rey Felipe VI con el 15.

¿Es probable que haya dos ciudadanos con el mismo número? Imposible.

El documento de identidad es público, personal e intransferible, por lo que en España no puede haber dos personas con el mismo Documento Nacional de Identidad.

Ni siquiera es probable heredar el número de un difunto, como afirman falsos mitos extendidos en el imaginario colectivo.

A lo largo de los 63 años de historia del documento han existido seis tarjetas distintas con modelos y diseños diferentes.

Además del Jefe de Gobierno y Monarquía, los primeros obligados en formalizar sus datos fueron los presos y los que permanecían en libertad vigilada. El primer modelo data de 1951 y era de color verde con el águila imperial adjuntada.

Incluía los datos de filiación, profesión, empleo o cargo. Además se señalaba la clase social del sujeto, lo que estigmatizaba socialmente al portador.

Al categorizado como ‘pobre de solemnidad’”se le expedía gratis. El siguiente formato llegó en 1962 y era de color azul, desaparece el sexo del sujeto y se incorpora estado civil y grupo sanguíneo.

El siguiente formato llega en 1965 y se expide hasta 1980. Se mantuvieron las mismas categorías, excepto la firma del director que expedía el carné.

El siguiente modelo estuvo vigente de 1985 a 1991 y se descartó la profesión, el estado civil y el grupo sanguíneo, y se reintroduce el sexo del ciudadano.

En los 90 se transforman por completo gracias a la informática. Se elimina la huella dactilar y se introducen las líneas de caracteres O.C.R. (‘Optical Character Recognition’).

Y finalmente desde 2006 se introdujo progresivamente el DNI electrónico, que es muy similar en cuanto a la categorización, pero incorpora un pequeño circuito integrado (chip) capaz de almacenar de forma segura información y de procesarla internamente.

LOS PRECEDENTES HISTÓRICOS

Los primeros documentos identificativos personales nacen en España en el siglo XV con el descubrimiento de América.

Era la denominada ‘cédula de composición’ que servía para identificar a los marineros que iban y venían de las Indias.

El sistema era tan rudimentario que la pillería y la trampa era el proceder instaurado en la época.

Ya en el siglo XIX la identidad adquirió mayor importancia gracias al empeño de Fernando VII, que en 1824 creó la Policía Nacional, que además de salvaguardar la seguridad en las calles de nuestro país también se encargaría de los padrones.

No sería hasta 1931, cuando surgirían otros documentos, las llamadas ‘cédulas personales’, lo más parecidos a los documentos nacionales actuales.

 

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