Convenció a Lopez Aguilar para ir juntos a la manifestación, convencida de que iban a 'triunfar' entre las masas
Les han dado para el pelo. Los dos socialistas se incorporaron sonrientes a la multitudianaria marcha, creyendo que iban a ser aclamados y casi tuvieron que salir corriendo.
El, Juan Fernando López Aguilar, eurodiputado y exministro de Justicia de Zapatero, dejó la manifestanción antidesahucios intentanto mantener la dignidad y a toda prisa porque tenía un vieaje.
Ella, Beatriz Talegón, secretaria general de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas, intentó al principio quedarse, pero se se marchó llorando a lágrima viva, escoltada por la Policía y atónita:
«Han empezado a gritarnos y hemos vivido momentos de tensión, sobre todo cuando pensé que podían llegar a agredirme. ¡Qué pena! ¿Por qué hacéis esto? Yo solo he sido coherente».
El incidente se produjo ya en la cercanías de la Puerta del Sol y los gritos que más se oyeron fueron «¡Que no nos representan, que no!» y «¡PSOE y PP la misma mierda es!». Todo ello sobre un fondo sonoro de «¡Fuera, fuera, fuera!».
LEÑA EN TWITTER
A propósito de Talegón, que ha estado unos días haciendo rondas por los platós de televisión tratando de rentabilizar para su carrera en el PSOE la fama que le ha dado haber dicho en un Congreso de la Internacional Socialista que las reuniones no las pueden hacer en hoteles de cinco estrellas, han circulado bromas crueles en Twitter.
En el tuit donde informa de lo ocurrido, @Nomdedeu escribe: «Talegón que poc dura l’alegria a casa del pobres!«
Ella ha explicado que fue quien propuso a López Aguilar ir a la manifestación y que el exministro se marchó enseguida, porque tenía que coger un aviuón, pero ella trató de ‘resistir’:»Me he girado, les he mirado a los ojos y he intentado hablar con ellos. Me han reconocido y me han dicho que no entendían qué hacía en mi partido, que tenía que pasarme del lado en el que estoy, al suyo. Alguien me llamaba zorra y me acusaba de cobrar 4.000 euros».
Beatriz Talegón, que con apenas 29 años ha sido concejal de PSOE, asesora en Bruselas de la Delegación de Castilla-La Mancha, cuando mandaba el socialista Barreda, asesora del Europarlamento y ahora es secretaria general de la UIJS, cargo por el que percibe unos ingresos de 2.500 euros y paga ejecerce en Viena, afirma no entender qué ha pasado.
Calcula que transcurrieran unos 20 minutos hasta que la policía la sacó de la manifestación, poco antes de que la marcha llegara a la Puerta del Sol.
«Perdí de vista a mis amigos y me encontré sola, en medio de todo el mogollón, de los periodistas y del grupo de radicales. Me eché a llorar. De pena. Porque solo soy una militante de base, ni siquiera tengo un cargo, ni lo he pedido, pero he intentado ser consecuente conmigo misma».
«Este país tiene un problema muy grave, estoy alucinando».
Talegón ha reconocido que ha sido una experiencia «muy triste», ya que ha terminado siendo escoltada por la Policía.
«La Policía estaba a mi alrededor y yo aguantando el chorreo, me daba pena la situación de que el centro era yo y he acabado llorando. Ya en Sol, la Policía me ha dicho: ´mejor vamos a salir de aquí porque no se trata de hacerse los héroes´»
A propósito de su sueldo como asesora y otros cargos, la manchega detalló por la noche en ‘La Sexta’ algunas cifras:
«Quitando impuestos, actualmente percibo unos 1.500-1.600 euros al mes, y el máximo que he cobrado han sido unos 4.000 euros en el Parlamento Europeo».
«A ver si por ser socialista voy a tener que decir que sólo me paguen 800 euros porque hay hambre en el mundo».
Confesó también que la ha llamado el expresidente Rodríguez Zapatero:
«Me preguntó qué tal estaba, me dijo que estuviera tranquila y dijo que no tenía nada que reprocharme, pero que fuera prudente y tuviera cuidado, porque hay muchos intereses detrás y se montan conspiraciones extrañas».
UN MAR DE FONDO
La agresividad contra Talegón y López Aguilar es sin duda una muestra del hartazgo de la gente con los políticos, a lo que se suma la decidida voluntad de evitar que capitalicen ciertos movimientos ciudadanos. Pero encierra también variables y sentimientos menos confesables.
El movimiento Stop Desahucios, enormemente popular, con apoyo mediático masivo y muy justificado, porque la inmensa mayoría de la gente considera inadmisibles ciertas prácticas bancarias y la indiferencia de los políticos, tiene entre sus figuras más descollantes personajes de una radicalidad extrema.
A propósito de esto, escribía Carlos Herrera el pasado 13 de febrero:
Ese millón y medio de ciudadanos, personas de muy buena voluntad, no tienen por qué estar representados por esa cuadrilla de energúmenos que, por ejemplo, ayer andaban en la tribuna del Congreso, esos que se dedican a llamar ‘asesinos’ a los parlamentarios.
A esta gente que llama ‘asesinos’ a los políticos jamás las vi en ninguna manifestación para llamar ‘asesinos’ a los asesinos de verdad. Jamás. Y lo digo porque yo he estado en todas y jamás lo he visto.
Esta tal Ada Colau, que llamó ‘criminal’ a uno de la banca y quería tirarle un zapato en una intervención parlamentaria, está a un minuto de ser la versión femenina de Willy Toledo.
UNA CONSIDERABLE MULTITUD
Han sido varios miles las personas que se han echado a la calle en la tarde de este 16 de febrero de 2013 en medio centenar de ciudades españolas para protestar contra los desahucios.
Convocados por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), han reivindicado el derecho a la vivienda, el fin de los desahucios, la dación en pago retroactiva y los alquileres sociales.
La crispación y el hartazgo de la ciudadanía con la clase política se ha hecho palpable tanto en las consignas como en la actitud de los manifestantes.
Ha sido en Madrid, donde la multitud antidesahucios se acercaba a los 5.000, donde Talegón y López Aguilar han tenido que dejar la marcha escoltados por la policía y tras un buen susto.
La manifestación de Madrid, que ha comenzado en la plaza de Colón, ha discurrido hasta la plaza de Cibeles y siguió su recorrido hasta la Puerta del Sol, donde se procedió a la lectura de un manifiesto.
Los manifestantes han hecho un alto en su recorrido, para detenerse ante la sede del Ayuntamiento de Madrid, en Cibeles, donde han gritado en contra del gobierno municipal y la alcaldesa, Ana Botella.