Todo esto nos produce profunda extrañeza, por decirlo de una manera fina y respetuosa. ¿Por qué todo esto?
(Josemari Lorenzo).- Se llama Don Evans, y ejerce hace aproximadamente cuatro años en la parroquia del Espíritu Santo en Los Gigantes (Tenerife, España); está casado con Patricia y tiene dos hijas y tres nietos. Allí celebra Misa, su esposa hace las lecturas, no tiene que esconderse en la sacristía para celebrar. Atiende el confesonario; aconseja a sus feligreses; es respetado por todos. Él decía a un periodista: «Me siento muy feliz de ser sacerdote y casado.
Para leer el artículo completo, pinche aquí