un error clásico es pensar que es terrible que las cosas no salgan como las planeamos
Existe la tradición de confeccionar, en cada momento histórico, listas de las creencias irracionales más habituales. Albert Ellis, uno de los principales psicólogos cognitivos de la historia, hizo su propia lista de ‘las diez principales’ en los años cincuenta del siglo pasado.
Entre ellas se podían encontrar los siguientes pensamientos: El ser humano necesita apremiantemente ser amado, que las personas malas deben ser severamente castigadas por ello, o que es terrible que las cosas no salgan como las planeamos.
Siguiendo esta tradición, el psicólogo Rafael Santandreu, autor de «El arte de no amargarse la vida», ha elaborado la lista de las que, a su juicio, son las diez creencias irracionales favoritas en España en estos momentos y que recoge Carlota Fominaya en ‘ABC‘:
- 1. Necesito tener a mi lado a alguien que me ame; de lo contrario, ¡qué vida más triste!
- 2. Tengo que ser alguien en la vida, aprovechar bien mis cualidades y virtudes. De lo contrario, me sentiría un fracasado.
- 3. No puedo tolerar que la gente me menosprecie en público. Debo saber responder y defender mi imagen.
- 4. Debo tener un piso en propiedad. De lo contrario, soy un maldito fracasado muerto de hambre.
- 5. Tener buena salud es fundamental para ser feliz. Y lo más deseable es vivir mucho tiempo; cuanto más, mejor: ¡incluso cien años o más!
- 6. Tengo que ayudar a mis familiares: padres, abuelos, hijos… Mi ayuda es fundamental para su felicidad.
- 7. Si mi pareja me pone «los cuernos», no puedo continuar con esa relación. La infidelidad es una cosa terrible que me destroza por dentro.
- 8. Tengo que tener una vida emocionante. De lo contrario, mi vida es un aburrimiento y, de alguna forma, un desperdicio.
- 9. Más es siempre mejor. El progreso es bueno y consiste en tener más cosas, más oportunidades, más inteligencia…; esto es obvio en el caso de desear cada vez más y más cosas buenas como paz y alegría.
- 10. La soledad es muy mala. Los seres humanos necesitan tener a alguien cerca porque si no, son unos desgraciados.