Estudiantes y profesores de la Universidad de Alcalá de Henares han podido constatar la existencia de una gran cantidad de plásticos arrojados por el mar a playas como A Lanzada y su cordón dunar, lo cual puede dar una idea aproximada de la ingente cantidad de basura que esconden las aguas oceánicas.
Alrededor de medio centenar de personas integraron el grupo de trabajo desplazado hace días desde Alcalá de Henares a O Grove, donde pudieron visitar tanto la playa de A Lanzada como el litoral de Con Negro, además de desplazarse a Combarro.
De este modo obtuvieron todo tipo de muestras y realizaron trabajos de campo que les permiten mejorar sus conocimientos y hacer más ameno el trabajo académico propiamente dicho. Unos trabajos que, cabe recalcar, dejan muy clara la enorme riqueza biológica del municipio grovense, pero también ponen al descubierto el riesgo que corre el medio ambiente a causa de la acción del hombre, o mejor dicho, debido a la falta de concienciación de muchos seres humanos. Lo que se han encontrado los alumnos y profesores de Alcalá de Henares fue importantes cantidades de plásticos y un número incalculable de restos de aparejos o útiles de pesca, marisqueo y acuicultura, cuya presencia suele ser habitual sobre la arena de este tipo de playas oceánicas sujetas a intensos oleajes.
Las conclusiones a las que llega la Universidad madrileña son muy semejantes a las obtenidas hace solo unos días cuando el Concello de O Grove organizó una campaña solidaria de limpieza del cordón dunar del istmo de A Lanzada, recuperándose basura de todo tipo esparcida por la dunas y entre su vegetación.
Ni que decir tiene que la expedición formativa y científica realizada por el grupo de Recursos Marinos de la Universidad de Alcalá de Henares les sirvió para tomar importantes muestras de restos orgánicos, además de preocuparse por la cantidad de inorgánicos depositados sobre la orilla a causa de la acción de las mareas.
