Uno de los principales errores a la hora de perseguir el éxito es pensar que la mejor opción es buscar nuestro propio beneficio exclusivamente (Las 10 mentiras más habituales que los hombres y las mujeres se dicen entre sí ).
Lo más inteligente que se puede hacer es ayudar a los demás a conseguirlo también, para progresar nosotros con ellos (¿Sabes quienes han sido las 10 personas más ricas de la Historia?).
Este es el motivo por el que nunca deberías actuar de estas 10 maneras:
- No le hagas a los demás perder el tiempo. Piensa que el tiempo de los demás es igual de importante que el tuyo, por eso no lo malgastes. Según el portal Business Insider, son los pequeños momentos que parecen que no tienen importancia los que más marcan la diferencia, como causar colas innecesarias o llegar tarde a las reuniones. Si lo haces, es probable que los demás acaben haciéndolo también y habrá un momento en el que te toque a ti sufrir las consecuencias.
- No ignores a las personas que están por debajo de ti. Cuando acudimos a un evento, por ejemplo, nos limitamos a habler con quien se supone que debemos hacerlo, pero nos olvidamos de los demás. Sin embargo, todas y cada una de las personas que trabajan para una empresa pueden servirnos de ayuda en algún momento determinado. Tratarles con respeto es lo mínimo que se debe hacer, pero dirigirte a ellos más que los demás será más beneficioso de lo que crees.
- No pidas demasiado, especialmente muy pronto. Es mejor que aprendas a resolver por ti mismo tus propios problemas y solo pidas ayuda cuando sea realmente necesario. De esta manera evitarás que los demás pierdan el tiempo y no dudarán en ayudarte cuándo lo pidas.
- Por otro lado, hay personas a las que le es más difícil ayudarse a sí mismas. Por eso no deberías ignorar a tus compañeros de trabajo cuando estos necesitan tu ayuda. Cuanto mejor persona seas con los de tu alrededor, mejor serán ellos contigo.
- No preguntes para hablar solamente tú. Hay personas que quieren dar su opinión sobre algún tema y para introducirla hacen una pregunta a agún compañero y, en vez de esperar a que este conteste o cuando lo va a hacer, le interrumpe con su propia respuesta. Este comportamiento solo es una muestra de mala educación y solo lograrás que la gente deje de responderte o quiera evitar hablar contigo.
- Evita el «¿pero sabes quién soy yo?». Lo más probable es que si eres el jefe sepan perfectamente quien eres, no es necesario que refuerces tu autoridad de esta forma tan desagradable. Solo conseguirás poner a todo el mundo contra ti, trátalos mejor como un igual.
- Igual que hay momentos para divertirse y ser el más gracioso también hay otros que requieren más seriedad. Aprende a diferenciarlos y a actuar acorde a esas situaciones. Por eso intentar hacerse el gracioso más de la cuenta solo va a parecer que no les tomas en serio ni a ellos ni a tu trabajo.
- No te rías de los demás aunque ellos lo hagan de sí mismos. Es bueno poder reírte de tus propios defectos, pero eso no significa que te siente bien que los demás lo hagan por ti. No aproveches que los demás son conscientes de sus defectos y se rían de ellos para hacerlo tú también.
- No presumas de lo que tienes, ni directa ni indirectamente. Si eres consiente de que los que están a tu alrededor no se pueden permitir tus vacaciones o una segunda casa, no aproveches cualquier oportunidad para dejar claro que tú sí puedes. Sólo conseguirás que te excluyan.
- Tampoco aproveches para dejar claro lo mucho que sabes de todo a toda costa. Es bueno que te admiren por tu inteligencia y sabiduría, pero a nadie le cae bien un sabelotodo. Opina cuando sea oportuno y comenta los datos que sabes cuando sea relevante, no más.
