Albert Einstein dijo una vez: «Vine a Estados Unidos porque oí que en este país existía una gran, gran libertad. Cometí un error al elegir Estados Unidos como una tierra de libertad, y es un error que en el balance de mi vida ya no puedo compensar».
Existen autores que proponen distinguir entre el racismo en sentido amplio del racismo en sentido restringido. En el primer caso se trataría de una actitud etnocéntrica o «sociocéntrica» que separa el grupo propio del ajeno, y que considera que ambos están constituidos por esencias hereditarias e inmutables que hacen de los otros, de los ajenos, seres inadmisibles y amenazadores. Esta concepción de los demás conduciría a su segregación, discriminación, expulsión o exterminio y podría apoyarse en ideas científicas, religiosas o en meras leyendas o sentimientos tradicionales. Afirma también la superioridad intelectual y moral de unas razas sobre otras, superioridad que se mantiene con la pureza racial y se arruina con el mestizaje. Este tipo de racismo, cuyo modelo es el nazi y el racismo occidental en general, conduce a defender el derecho natural de las razas «superiores» a imponerse sobre las «inferiores».5 El racismo en sentido restringido es una doctrina de apariencia científica que afirma la determinación biológica hereditaria de las capacidades intelectuales y morales del individuo, y la división de los grupos humanos en razas, diferenciadas por caracteres físicos asociados a los intelectuales y morales, hereditarios e inmutables.
Autoridades estadounidenses ofrecieron disculpas al ministro canadiense de Innovación, Ciencia y Desarrollo Económico, Navdeep Bains, por un incidente ocurrido en el aeropuerto de Detroit en abril de 2017, afirma La Presse.
Bains se encontraba regresando a Toronto después de un encuentro con líderes del estado de Michigan. En sus declaraciones al periódico, el ministro contó que ya había pasado por todos los controles de seguridad cuando un empleado del aeropuerto le dijo que debía realizar controles adicionales. Bains añadió que esto era porque él llevaba un turbante, según recoge RT.
«Me dijo que debía quitarme el turbante. Le pregunté para qué debía hacerlo si los detectores de metales funcionaban adecuadamente», declaró Bains. Según la política de viajes de EE.UU. de 2007, a los sijes se les permite llevar los turbantes mientras pasan el control de seguridad en los aeropuertos.
El ministro canadiense describió la situación como «una experiencia desagradable» y la calificó como una «intromisión en su vida privada».
Posteriormente, cerca de su puerta de embarque, otro funcionario del aeropuerto le pidió que se quitara el turbante. Este hecho lo dejó «sin palabras».
El incidente obligó a Chrystia Freeland, ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, a expresar su decepción hacia sus homólogos estadounidenses. Asimismo, los secretarios de Seguridad Nacional y de Transporte se disculparon por el accidente.
«Desgraciadamente este tipo de accidentes suceden de vez en cuando con las minorías en particular. Pero nunca debe convertirse en la norma», concluyó Bains.
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