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Un tribunal de amiguetes, un refrito y mucha caradura (¿Demandará el exministro Miguel Sebastián a Jesús Maraña por acusarle de estar detrás de la ‘fake tesis’ de Sánchez?).
Pedro Sánchez ni siquiera pasó el corrector ortográfico de texto en su tesis doctoral con la que obtuvo una calificación de ‘apto cum laude’ en la Universidad Camilo José Cela UCJC y en la que se pueden encontrar más de 40 faltas de ortografía (TVE: «No se puede hablar de la tesis de Sánchez, como cuando con Zapatero estaba prohibido hablar de crisis»).
Sánchez se matriculó en el doctorado el 10 de febrero de 2010 y la lectura de la tesis titulada ‘Innovaciones de la diplomacia económica española: análisis del sector público (2000-2012)’ la realizó en noviembre de 2012 (Juan Luis Cebrián: «Leyendo la tesis de Sánchez he tenido que luchar contra el bostezo»).
Las prisas por conseguir este «doctorado exprés» en sólo 32 meses pasaron factura no sólo a la calidad intelectual de su tesis, también a la calidad ortográfica.
En sus 342 páginas de tesis y simplemente aplicando el corrector ortográfico del programa informático de texto más conocido, Miguel Ángel Pérez de OKdiario ha detectado más de 40 faltas de ortografía. Algunas de ellas se repiten a lo largo de todo el trabajo.
La mayoría son palabras que llevan tilde cuando no la necesitan o que no llevan tilde cuando sí la necesitan. Sin embargo, también existen una veintena de errores de concordancia de singular y plural, 4 erratas y hasta 6 dobles espacios incorrectos entre palabras, que podrían haberse cometido tras copiar y pegar texto en su tesis.
Entre las faltas de ortografía, destaca la no diferenciación entre el adjetivo «continua» o el verbo «continúa».
Tampoco se diferencia el adverbio «aún», que se escribe con tilde cuando es palabra tónica y equivale a todavía, mientras que, cuando significa incluso, hasta, también o (ni) siquiera, es átono y se escribe sin tilde. En la tesis, todos los usos de este adverbio están acentuados independientemente de su significado.
Otra de las faltas de ortografía más recurrentes de Sánchez, hasta en 5 ocasiones, se encuentra con «llevar a cabo», cuyo significado es ‘realizar, efectuar o emprender algo’, se escribe en tres palabras, según el Diccionario de la Academia, ya que alude a la palabra cabo, ‘extremo’, y no al término «acabo».
A lo largo del texto, se detectan innumerables ausencia de comas obligatorias. Además, «cuáles», «tenía», «fábricas», «público», «súper», «Bernabéu», «específica», «capítulo», «quiénes», o «más» están escritas sin tilde. Mientras, otras palabras como «sinergias» están acentuadas incorrectamente.
También está mal redactada la locución «a punto de», que seguida de infinitivo expresa la proximidad de una acción, se escribe en tres palabras, como indica el Diccionario académico, y no con dos, «apunto de», tal y como ‘redacta’ Sánchez.
Llama la atención y refuerza la tesis de que buena parte del texto lo tecleó un ‘negro’, que Pedro Sánchez, apasionado del baloncesto, ‘escribió’ mal el nombre del jugador español de baloncesto que juega en la NBA Ricky Rubio en su tesis doctoral «Ricki», mientras en las mismas fechas lo escribía correctamente en varios mensajes enviados por las redes sociales donde se refiere al deportista como «Ricky».