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A los españoles nos encantan las comparaciones.
Los excelentes resultados en los Informe Pisa que realiza la OCDE cada tres años avalan el éxito del sistema educativo finlandés, que es la envidia de casi toda la comunidad educativa, dentro y fuera de nuestro país.
¿A qué se debe? ¿Cómo lo hacen? ¿Qué podemos imitar?
Aunque en los últimos años no han obtenido resultados tan buenos, siguen situándose entre los mejores.
Y hay algunas características esenciales que pueden contribuir a explicar su éxito y servirnos para reflexionar sobre nuestro sistema de enseñanza.
Por ejemplo, es importante el hecho de que los padres de Finlandia se implican muchísimo en su aprendizaje y complementan al colegio con actividades culturales.
Cabe destacar que en Finlandia existen muchas ayudas para la conciliación entre vida laboral y familiar, lo que hace que la relación entre el hogar y la escuela sea muy estrecha.
Un resultado de esto es que en Finlandia el 80% de las familias van a la biblioteca el fin de semana.
Pero hay más: siempre se ha oído eso de que en Finlandia no hay exámenes.
El sistema educativo finlandés evita la competencia a través de un evaluación sin números ni exámenes hasta que tienen 11 años.
Así, los estudiantes no hacen exámenes ni reciben calificaciones hasta esa edad, y los informes que el profesor elabora para los padres son descriptivos, no numéricos.
Pero una de las cosas que más llama la atención de los padres de nuestro país es el hecho de que allí no tienen muchos deberes.
LOS DEBERES
Se trabaja en clase ya que se valora mucho la importancia del juego y el descanso cuando el niño es pequeño. Los niños no comienzan el colegio hasta los 7 años, momento en el que se les considera maduros para aprender, pero aún entonces las jornadas lectivas son más cortas.
Los estudiantes de Primaria tienen solo 3 o 4 clases al día, con descansos de 15 minutos entre cada una de ellas, y no solo hay pocos deberes sino que el trabajo se hace en clase, no en casa.
Por este motivo, muchos padres destacan este detalle por encima de todos los demás… algo que ha querido criticar la cuenta Profe Agobiao.
Y es que, de poco sirve eliminar los deberes si fallan todas las demás variables, ¿no?
En efecto, hay más, mucho más: en Finlandia existe un gran respeto por la figura de los profesores y maestros, que están muy bien valorados por la sociedad y se confía en ellos plenamente.
Cada escuela y sus profesores diseñan y organizan el currículo, y se planifican para conseguir los logros establecidos como mejor consideren. Allí, el tiempo que los profesores invierten su tiempo en preparar la clase es parte de la jornada laboral.
INVESTIGAR
Dado que los profesores no imparten tantas horas de clase como en otros países, destinan las horas restantes a preparar sus lecciones, investigar, organizarse o trabajar de forma colaborativa con otros docentes.
Otra clave del éxito de su sistema educativo es «comprender las necesidades de los niños», y para ello en los primeros años se evita el fracaso escolar de los niños con dificultades especiales volcándose en ellos desde el principio.
Se respeta el ritmo de aprendizaje de cada niño y se huye de las pruebas y actividades estandarizadas. Además, los profesores suelen ocuparse del mismo grupo desde primero -cuando tienen unos 7 años- hasta sexto -12 años-, lo que ayuda a que les conozcan mucho mejor.
Por último, destacar que La afición a la lectura de los finlandeses es fuerte desde que son pequeños, algo a lo que ayuda una vasta red de bibliotecas públicas que se usan con asiduidad.
Finlandia es una de las poblaciones con más altos índices educativos, y cada finlandés lee una media de 47 libros al año -en España son 10-.
¡Queremos una educación al nivel de Finlandia!
¿Bajar los ratios?
No
¿Triplicar presupuesto?
No
¿Más profes de apoyo?
No
¿Eliminar la concertada?
No
¿Potenciar la pública?
No
¿Eliminar la segregación?
No
¿Bajar carga lectiva a docentes?
No
¿Entonces?
¡Menos deberes!— Profe Agobiao (@Gauguinepicuro) 21 de enero de 2019
