SALUD Y SEXO

Juana de Leeds, la monja medieval que fingió su muerte para disfrutar de una vida de perversión y lujuria

Juana de Leeds, la monja medieval que fingió su muerte para disfrutar de una vida de perversión y lujuria
Una monja muy poco piadosa. EP

El caso es tener salud, porque las ganas llegan solas, como reza un viejo refrán español (Policía intenta detener una orgía y se encuentra a su esposa en ella).

Un equipo de historiadores medievales que investiga los archivos de la Universidad de York (en el Reino Unido) ha descubierto, casi por casualidad, la curiosa historia de Juana de Leeds: una monja del siglo XIV que fingió su propia muerte para escapar de su convento y poder disfrutar de una vida de «lujuria carnal» (La ‘orgía’ de Kylie Jenner en su cumpleaños : piscina de bolas, escotes de infarto y macizas).

Así lo han afirmado varios medios internacionales como The Guardian.

La historia ha sido desvelada gracias a una pequeña nota escrita en latín ubicada dentro de dieciséis grandes tomos de la época en los que se registraban los negocios de los religiosos de York entre 1304 y 1405.

El mensaje, concretamente, fue escrito por el arzobispo William Melton allá por 1318, e instaba a la religiosa a regresar al convento de St. Clement.

«Adviertan a Juana de Leeds, monja de San Clement de York, que debe regresar a su casa».

A su vez, el mensaje también incidía en que, según los rumores, la monja benedictina había caído en «el camino de la lujuria carnal» y había obviado su compromiso religioso con «imprudencia», como recoge M.P.V. en ‘ABC’.

Lo más curioso es que, siempre según los investigadores, la religiosa lo logró orquestando un plan digno de una película de Hollywood.

En el mensaje escrito por el obispo se explica:

«con la ayuda de muchos cómplices y malhechores, creó con malicia un maniquí a la semejanza de su cuerpo» para «engañar a los fieles devotos».

«Ella tuvo la desvergüenza de procurar su falso entierro en un espacio sagrado para los religiosos del lugar».

En palabras del mismo religioso, «de una manera astuta e infeliz, dándole la espalda a la decencia y al bien de la religión», la monja «pervirtió su camino de forma arrogante» y lo cambió por el de «la lujuria carnal, lejos de la pobreza y la obediencia».

Y todo ello, tras «haber roto sus votos y descartando el hábito religioso».

«Ahora deambula fuera a pesar del peligro que supone para su alma y del escándalo que existe en toda la orden», se puede leer en la nota.

Al parecer, hubo un gran revuelo cuando se descubrió que la monja no había fallecido y que había abandonado el monasterio a cambio de una «vida de indecencia» en Beverley, a 30 millas de su convento.

En ese momento, el arzobispo le exigió que regresara, indignado porque una mujer cristiana hubiera actuado de una forma tan «astuta y perversa».

Con todo, los investigadores todavía no han logrado averiguar si esta monja descarriada fue devuelta al convento o no. Un dato que, según afirma la profesora Sarah Rees Jones (una de las principales investigadoras del proyecto) será casi imposible de averiguar.

«Desafortunadamente, y aunque es muy frustrante, no sabemos qué pudo suceder con ella. Hay bastantes casos de monjes y monjas que abandonaron su monasterio y de los que no sabemos nada», ha explicado la experta en declaraciones a «The Times».

Este curioso escándalo de la época ha sido encontrado durante el proyecto de digitalización de los registros guardados por William Melton, arzobispo de York desde 1317 hasta 1340.

Documentos que arrojan luz sobre la vida de múltiples monjas benedictinas. Trabajo para que le que cuentan con más de un millón de libras esterlinas.

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