Llevas ahorrando años, incluso siglos, literalmente porque el reducido sueldo de tu oficina no te da para la vida.
Independizarte te parece una de las cosas más maravillosas de éste mundo. Y por fin, lo has conseguido.
Tras meses de búsqueda en webs de alquiler, has encontrado un pisito que se adapta a tus necesidades. Más bien, es el único que te ha convencido relación tamaño/precio/lugar. Además aceptan mascotas, lo que para esos pequeños que estás pensado adoptar esta muy bien.
Independizarse puede ser un arma de doble filo. Ya que puede ser una de las mejores experiencias de tu vida. Pero debes estar preparado para asumir el reto.
Si has decidido independizarte recientemente, o vas a hacerlo en breve, te contamos situaciones típicas para contribuir a tu supervivencia…
Piensa dos veces
Antes de independizarte completamente, piensa bien los pros y los contras. Debes hacerlo en un punto de tu vida en el que estés económicamente brillante. Primero ahorra para encontrar algo decente. No te metas en el primer cuchitril que veas sólo porque es barato y no te da para más. Tranquilo, seguro que a tu madre no le importa tenerte un par de días más por casa 😉
La zona
Llegas a la ciudad y lo primero que quieres es buscarte un hogar en el barrio de moda. Pues keep calm my friend, porque los barrios top muchas veces no son para nada lo que te esperas. En numerosas ocasiones los pisos están destartalados (lo de que el agua salga marrón no es normal) Lo peor de todo es que te pedirán un alquiler estratosférico por algo que realmente no lo vale. Vivirás en un único habitáculo polivalente. Así que baraja esa otra opción a 10 minutos del centro y que es mucho más rentable.
Planificación financiera
Bienvenido al maravilloso mundo de las facturas. Si te creías que luz, agua e internet era magia gratuita, no es así. Ahorra en esos caprichitos de la sección gourmet y en lugar de ir al sitio más trendy, unas cañas en buena compañia son el mejor plan.
Momento decoración
Éstas emocionado con tu casita nueva, y obviamente quieres decorarla a tu gusto para tener esa sensación hogareña. Llegas a Ikea y arrasas con toda la sección de adornos para las distintas estancias de tu casa. Quieres ese maravilloso sofá con chaise lounge para tus buenas siestas. Pero te das cuenta que no tienes ni cash ni espacio. Así que lo mejor es que vayas comprando poco a poco pequeños detalles que te identifiquen.
El drama de los alquilados
Si tienes los astros de tu parte, tu casero será todo un cielo. O puede que te toque uno de esos caseros fantasma que no verás al no ser que te retrases 1 día en tus pagos. En cualquier caso, los alquilados vivimos en un constante drama producido por la tensión de la fianza. Esa palabra que tanto asusta y que te aferras a ella como si no hubiera un mañana. Que cuando haces tus fiestecillas, das a todos posa vasos para que no ensucien nada. Y que tienes los sillones tapados cual buena señora de casa. El momento más espeluznante es aquel cuando se estropea algo… Bien sea la lavadora, el frigo o la instalación eléctrica de la calle, será culpa tuya. Y ¿de dónde saldrá el dinero para arreglarlo? De tu fianza obviamente.
Vivir solo
Si tienes la suerte (o desgracia) de vivir con compañeros, compartirás además de gastos, los miedos y alegrías. Pero si estás solo por la noche todo se vuelve más tenebroso. Tanto que cualquier ruido o sombra te hace llamar a tu madre cada tres minutos. Pero después adoptas una mascota y todo solucionado 🙂
Momento cocina
Si por suerte eres todo un chef y te defiendes en el terreno culinario, no tendrás ningún problema para sobrevivir. Pero si no es así, el restaurante chino se convertirá en tu mejor amigo. En 20 minutos tendrás la comida caliente y en recipientes de cartón. Porque no hablemos de lo tedioso de lavar los platos…mejor te quitas de complicaciones. Pero, oye disfruta del momento, que la independencia trae cosas muy bonitas. Aprenderás a ser más responsable, te ocuparás de tus gastos y caprichos y serás más libre.
Lidia Ligero – @lidialu_