Los cinco pilares de la felicidad del niño

Conocimiento: los enemigos

CÓMO EDUCAR PARA GENERAR ADULTOS FELICES

Conocimiento: los enemigos
Un perro bulldog muy 'intelectual'. PD

Ah, ¿pero tenemos enemigos para educar niños felices y adaptados? Seguro que sospecha de algunos que son evidentes aunque también

hay otros que se han especializado en el camuflaje.

¿Y  por qué alguien tendría interés en manipular a los niños o en que fuésemos infelices?

Porque les genera poder o dinero, porque ellos le pueden vender algo que parece que solucionará sus problemas y supuestamente les hará felices.

También, y como usted deducirá, estos «enemigos» de nuestra felicidad y la de nuestros hijos, trabajan coordinados de forma compleja.

Influyen desde todos los ámbitos posibles: los medios, el sistema educativo, la industria cinematográfica, las editoriales y todos aquellos espacios que puedan utilizar para sus intereses.

A fin de conseguir- lo emplean muchos recursos, subvenciones, profesionales bien remunerados y tontos útiles que los hay a montones.

Las cuestiones que voy a tratar ahora no son teorías ni deducciones personales.

Tampoco las calificaré moralmente; solo pretendo describir y compartir con usted lo que conozco en la seguridad de que es conocimiento bien contrastado por este autor en su relación directa, bien personal o profesional con los entornos a los que me voy a referir.

•     La industria política

La democracia es el sistema político diseñado para controlar a las élites. Pero en muchos países democráticos, y especialmente en los más burocratizados como los europeos, la política se ha especializado en diseñar una industria para el empoderamiento de las élites de forma semi-encubierta.

Sin abundar en el tema, sí que viene al caso saber que uno de los pilares del control social por parte de esta industria radica en la manipulación de los niños y los jóvenes. Para ello manejan el sistema educativo, los valores sociales y familiares y nos muestran una ética donde la libertad individual y de pensamiento es siempre sospechosa en detrimento  de una nueva  moral social promovida por la influencia de sus intereses, la de los lobbys y los grupos de poder.

•     La industria farmacéutica y alimentaria

Invierten más fondos en técnicas de mercado y estrategias de ventas que en investigación y producción.

Les aseguro que contratan a magníficos directivos especialistas en conocer al consumidor, grandes estrategas, no precisamente del sector de la medicina o la farmacia, sino procedentes de cualquier ámbito exitoso.

Su objetivo es: «vender más al mínimo coste».

Su estrategia básica es la siguiente: por un lado convencer al sector médico de que ellos son científicos y por tanto su conocimiento es indiscutible; para ello se alían con universidades, están detrás de los fondos de investigación para autorizar solo los medicamentos que les interesan, organizan o financian congresos donde adoctrinan a los médicos e incentivan abundantemente al sector.

Por otro lado buscan convencer al consumidor de que todo lo que hacen y venden es por su bien.

Para conseguir esto, entre otras estrategias participan del control de los medios de comunicación y editoriales más importantes.

Para ilustrar lo anterior le voy a poner un ejemplo y es el misterioso caso del TDHA:

Sabemos con total seguridad que el Trastorno de Hiperactividad con Déficit de Atención tiene un componente genético despreciable estadísticamente, es decir, no va a ser fácil que se tropiece en su vida con un hiperactivo que haya heredado este «trastorno».

En realidad, la inmensa mayoría de niños hiperactivos, o han aprendido a serlo, o son niños con ansiedad y, como también sabemos, en ambos casos hay un exceso de activación en ellos que dificulta enormemente la atención.

Ergo, niño orientado hacia la actividad, niño con dificultades de atención hacia lo que no le interesa. De la misma forma, el niño con ansiedad tiene serias dificultades para controlar su atención.

Por tanto, si se suministra un test de TDHA a un niño hiperactivo, con independencia de si lo es por herencia, por aprendizaje o por ansiedad, dará resultados similares.

Si tenemos en cuenta que los psicofármacos son el principal negocio de la industria farmacéutica, res- ta convencer a médicos, maestros, padres –y hasta  a la niñera–, de que ese niño tiene un trastorno solo remediable con la ingesta de drogas duras fácilmente recetables por su médico de cabecera.

¿Que luego va a ser un depresivo toda su vida? Objetivo cumplido, un cliente fidelizado.

«¡Pero cómo puede ser esto si tenemos magníficos tratamientos psicológicos eficaces casi al 100% para la ansiedad! ¡Y si la hiperactivación es aprendida, también sabemos como manejarla!»

«Ya, pero ellos piensan ‘nos fastidiáis el negocio’».

La industria alimentaria también se mueve con parámetros similares a la farmacéutica pero con una publicidad más descarada.

Hace tiempo que decidieron ocupar el lugar de los padres en la educación nutricional familiar.

•     Las técnicas de ventas

El marketing es la herramienta transversal que emplean todos los  grupos de poder para transformar a los ciudadanos y especialmente a los niños.

Solo tiene que prestar atención a los anuncios publicitarios para notar que siempre tienen a los niños entre sus protagonistas o entre sus objetivos directos.

Anuncios de alimentos, ropa, coches, da igual; no solo se limitan a incluir a niños, sino que se dirigen a ellos de forma impúdica para venderles toda clase de productos.

Así usurpan nuestra responsabilidad como adultos para decidir qué deben comer o vestir nuestros hijos o cuáles deben ser sus principios y valores.

Bien es cierto que muchos padres sin criterio fomentan aquello de que «el niño decida»; pero en realidad no decide el niño, deciden otros.

•     Los padres y educadores

Ya sé que me adentro en arenas movedizas, pero los mayores saboteadores de la felicidad de nuestros hijos a veces somos los propios padres y demás educadores, por omisión o por acción.

Por ejemplo, cuántas veces renunciamos a transmitir principios o valores con la excusa de que cuando sean mayores que elijan ellos…

Esto es tan estúpido como no llevar al niño de cuatro años a clase de violonchelo porque quiénes somos nosotros para elegir por él, que cuando sea mayor elija instrumento.

Por supuesto que cuando sea mayor tomará sus decisiones, pero si usted no educa, si usted no transmite una estructura moral, ética e intelectual que dé sentido a su vida, o bien usted no tiene esta clara o está dejando que otros se encarguen de su trabajo.

Recuerde que «otros» invierten muchísimos recursos en manipular a los niños y jóvenes y que de su vulnerabilidad, insatisfacción e infelicidad depende radicalmente su negocio.

Hay más «enemigos» que amenazan el desarrollo de los niños para ser adultos libres, adaptados y felices. Vamos a seguir avanzando y descubriendo las claves para detectarlos y controlar su influencia.

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Autor

Alberto Guzmán Ortega

Alberto Guzmán Ortega es Psicólogo y Terapeuta de Conducta. Su actividad profesional se viene desarrollando tanto en el ámbito de la Psicología Clínica como en la terapia individual y familiar. Ser padre, así como trabajar con niños y jóvenes, ha contribuido a reforzar la valoración que este momento vital representa para él.

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