Los cinco pilares de la felicidad del niño

Conocimiento: cuándo empezar a educar

CÓMO EDUCAR PARA GENERAR ADULTOS FELICES

Conocimiento: cuándo empezar a educar
Un bebe niña. PD

Como padre o educador no puede optar por dejar que las cosas vayan ocurriendo.

Es cierto que el azar a veces puede colaborar con nosotros, pero como ya hemos visto, las probabilidades de que la «suerte» nos perjudique son mucho más altas; recuerde que el casino siempre gana.

A veces me han preguntado padres de bebés cuán- do es el momento para empezar a organizar su vida, poner límites, socializarlo, es decir, a educar. Y solo hay una respuesta: ¡Ahora!

Antes de que nazca el bebé ya se puede actuar en su beneficio, pero desde que se encuentra con nosotros hay que comenzar la tarea de cuidarlo, atenderlo y ayudarle a que su vida sea lo más adaptada posible.

De modo que acuda inmediatamente en apoyo de su hijo sin esperar a que vaya al colegio, comience a fracasar en los estudios o sea adolescente.

En este punto, hablando de bebés, tenemos que referirnos a un nuevo y perverso método de educación, diseñado por la industria farmacéutica y vendido a través de pediatras y personal sanitario.

Resumiendo, el método es el siguiente:

  1. •     Amamante a su bebé cada vez que lo pida
  2. •     No lo deje llorar nunca
  3. •     Que duerma con usted, en su cama

Claro, puede que alguna abuela diga:

–¡Pero toda la vida nos han enseñado lo contrario! Y entonces, una enfermera o pediatra les dará argumentos del tipo:

  1. •     «En el medio rural, antiguamente,  se  llevaba siempre al bebé en brazos y estaba todo el tiempo con la madre». (Está claro que no conocen el medio rural del que hablan)
  2. •     «Así se crea una dependencia mayor con la madre». (Pero es que no queremos dependencias, recuerde, son enemigas de la felicidad)
  3. •     «Ya tendrá tiempo de llorar». (Desde luego que va a llorar, justo cuando lo puedan medicar)
  4. •     «Hay estudios que demuestran que cuando el niño llora o sufre hay conexiones neuronales que se rompen». (Siempre que  aprendemos  algo hay conexiones neuronales que se rompen y otras que se crean, se llama «plasticidad neuronal»)

En resumen, este método, además de la angustia y los conflictos parentales que genera, produce niños orientados a la actividad, sin capacidad de autocontrol, sin tolerancia a la frustración y que pronto serán candidatos a dar buenos resultados en los tests de TDHA y por ende a consumir las drogas duras que algún médico les aconsejará.

Entonces, ¿cuál es el mejor sistema para gestionar al bebé?

Pues el de toda la vida, el que lleva miles de años evolucionando con la Humanidad.

El bebé debe tomar su alimento cada tres o cuatro horas y, si llora porque tiene hambre, con más energía se nutrirá después.

Debe dormir en su cuna y si es posible en su dormitorio. Habrá que extinguir su llanto con amor y resolución.

Y todo esto no porque seamos malvados; los mal- vados o ignorantes son los del colecho.

Nosotros no hacemos experimentos con nuestros hijos, somos en gran parte responsables de su futura felicidad aunque a veces cueste un rato de llanto.

Empezar hoy significa que el mejor  momento  para educar es ahora. Su responsabilidad como  padre o como educador tiene que sustentarse en el conocimiento, el sentido común, los principios y los valores, no en las circunstancias, ni en sus debilidades emocionales, las modas o lo que esperen de usted los demás.

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Autor

Alberto Guzmán Ortega

Alberto Guzmán Ortega es Psicólogo y Terapeuta de Conducta. Su actividad profesional se viene desarrollando tanto en el ámbito de la Psicología Clínica como en la terapia individual y familiar. Ser padre, así como trabajar con niños y jóvenes, ha contribuido a reforzar la valoración que este momento vital representa para él.

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