EL HOMBRE Y LA GUERRA

El arma secreta de los guerreros vikingos era un té alucinógeno que los hacía inmunes al miedo

Un etnobotánico de la Universidad de Liubliana descubre que los temibles guerreros nórdicos consumían beleño antes de entrar en batalla.

El arma secreta de los guerreros vikingos era un té alucinógeno que los hacía inmunes al miedo
Vikingos. PD

La realidad y basta echar un vistazo a los libros de Historia, es que daban más miedo que un nublado.

Y que con una osadía tremenda llegaron conquistándolo todo y saqueando sin clemencia desde los fiordos noruegos hasta las costas de Italia, en el Mediterráneo.

Durante siglos, a los vikingos se les han atribuido características como su audacidad, su fiereza o su valentía a la hora de entrar en batalla.

De entre ellos, destacan los llamados bersekers, unos guerreros especialmente fieros que combatían desnudos o apenas cubiertos por pieles, en una especie de trance que les hacía inmunes al dolor.

Ahora, un científico ha publicado un estudio en el que explica el secreto de estos soldados.

La BBC recoge la investigación, firmada por Karsten Fatur, etnobotánico de la Universidad de Liubliana, en Eslovenia.

Publicada en el Journal of Ethnopharmacology, el estudio concluye que los vikingos consumían una potente hierba alucinógena cuyo nombre científico es Hyoscyamus niger, pero popularmente es conocida como beleño negro.

«Su consumo habría reducido su sensación de dolor y los habría vuelto salvajes, impredecibles y altamente agresivos», dice Fatur, que añade:

«También podría haber producido efectos disociativos, como perder el contacto con la realidad. Esto les podría haber permitido matar indiscriminadamente sin reparos morales».

El hecho de combatir desnudos también tendría su explicación en el beleño negro.

Las crónicas refieren que tras el combate, los berserkers tenían un comportamiento apacible, y según Fatur sería el ‘bajón’ habitual tras los efectos del consumo del beleño.

Aunque otros estudios han apuntado al consumo de alcohol o al de hongos como la Amanita muscaria para explicar el fenómeno de los berserker, para Fatur el beleño es mejor candidato, porque contiene dos alucinógenos, la hyoscuanmina y la escopolamina, que resumen mejor el comportamiento de ests guerreros.

Según Fatur, los bersekers la podrían haber consumido bien haciendo un té o infusión con ella, mezclándola con alcohol o frotándola contra su piel tras mezclar la planta con grasa animal.

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