El acoso infantil sigue siendo un problema grave año tras año en las aulas. Aunque la sociedad está más concienciada sobre este tema y, cada vez, son más las campañas que se hacen contra el acoso escolar, es necesario seguir trabajando en este terreno para seguir diciendo no al acoso escolar.
Lo primero que hay que tener claro para combatir a este enemigo es saber qué es el acoso escolar. La ONG Aldeas Infantiles lo define en su informe sobre el acoso de la siguiente manera:
«Cualquier actuación que se repite a lo largo del tiempo, que se realiza de forma intencionada y que consiste en emplear la violencia física o psicológica contra un alumno por parte de otro o de otros, aprovechando una situación de superioridad del acosador frente a la posición de vulnerabilidad de la víctima de su acoso».
También hay que tener en cuenta cuáles son las maneras en la que se puede manifestar el acoso. El más conocido por los padres es el bullying que se ejerce dentro de los propios colegios, bien sea de manera verbal o física. Sin embargo, el ciberacoso está cobrando cada vez más fuerza.
El ciberacoso experimenta un crecimiento del 180%
Aldeas Infantiles asegura que «el uso de internet de los menores españoles ha aumentado un 180% durante la crisis por el coronavirus. Este aumento eleva el riesgo de sufrir cibercacoso«.
Esta misma organización explica que consiste en:
«Consiste en el uso de la tecnología para ejercer amenazas, insultos, humillaciones y vejaciones por parte de un niño o un grupo de niños hacia otro. Para ello se utilizan fotos, vídeos o textos y en ocasiones se difunde información falsa».
Además, es importante saber que este tipo de acoso puede darse a través de las redes sociales, correos electrónicos, juegos online. En definitiva, en cualquier aplicación que establezca una comunicación online.
¿Cómo prevenirlo?
Aldeas Infantiles elaboró una guía para ayudar a los padres a detectar este tipo de casos. La ONG advierte sobre la necesidad de enseñar a los menores a utilizar la red de forma segura:
«Configurar sus redes sociales en modo privado, evitar prácticas de riesgo como compartir datos personales, información privada o sensible o aceptar a personas que no conocen».
Además, también señala la necesidad de que los padres permanezcan informados sobre la actividad online de sus hijos y que la supervisen, por ejemplo, a través de herramientas de control parental. Vigilar el tiempo que pasan los menores en el entorno digital es otro punto importante, así como, acordar normas de uso de los dispositivos tecnológicos. La confianza y una buena comunicación entre padres e hijos es la base para que los pequeños denuncien a su verdugo si son víctimas de acoso.
Por último y no por ello menos importante, Aldeas Infantiles apunta la importancia de buscar actividades de ocio que sirvan como alternativa al uso de las tecnologías y fomentar las habilidades sociales de los niños, como por ejemplo, el espíritu crítico o la resolución de conflictos. Pero, lo más importante es inculcar valores, como la empatía, que sirvan para evitar que un niño ejerza el ciberacoso o cualquier otro tipo de acoso.
Los colegios, aprovechando la tecnología para un buen uso, podrían elaborar vídeos sobre acoso escolar para niños de primaria con el objetivo de concienciar, también, desde las aulas infantiles, lugar en el que nace, en muchas ocasiones, y se desarrolla el bullying.
¿Cómo detectarlo?
No es suficiente con prevenir el acoso escolar. También hay que saber detectarlo. Así, Aldeas Infantiles recomienda que los padres presten atención a las siguientes actitudes:
– Alteraciones en su estado de ánimo o comportamiento: irascibilidad, abatimiento, cambios bruscos de humor…
– Reacción de tristeza tras consultar sus mensajes o redes sociales.
– Cambios en sus hábitos de uso de internet: accede constantemente o deja de hacerlo por completo, procura estar solo cuando se conecta.
– Pérdida o cambio de amistades.
– Evita salir de casa (en circunstancias normales).
