Una extraña «langosta con pelo» aparece a 2.300 metros de profundidad en el océano

Una extraña "langosta con pelo" aparece a 2.300 metros de profundidad en el océano

Biólogos marinos han descubierto un crustáceo en el Pacífico Sur que se parece a una langosta y que está recubierta de lo que parece un pelaje sedoso. La Kiwa hirsuta es tan distinta de otras especies que los científicos han creado una nueva familia taxonómica para ella.

Los investigadores señalan que mientras legiones de especies oceánicas nuevas son descubiertas cada año, es poco frecuente encontrar una que estrene una nueva familia. Ésta fue llamada Kiwaida, por Kiwa, la diosa de los crustáceos en la mitología polinesia.

El equipo, liderado por científicos estadounidenses, encontró este animal de 15 centímetros de tamaño a 2.3000 metros de profundidad en una zona a 1.500 kilómetros al sur de la Isla de Pascua, explicó un experto.

Cuando se cumple un año del descubriendo, los detalles del descubrimiento fueron revelados en la publicación del Museo Nacional de Historia Natural de París.

En lo que describe como una «característica sorprendente», las pinzas de este animal están cubiertas de hilos sinuosos, tipo cabellos. Se cree que el animal reside en los alrededores de respiraderos hidrotérmicos en las profundidades del Pacífico, que arrojan fluidos que son tóxicos para muchos animales.

Pinzas peludas, bacterias y oscuridad

El doctor Michel Segonzac, del Instituto de Investigación Francés de Explotación del Mar, afirmó que las pinzas «peludas» contienen mucha bacteria filamentosa. Así, algunos científicos creen que esas bacterias detoxifican minerales del agua, permitiendo sobrevivir a la Kiwa hirsuta en las inmediaciones de esos respiraderos.

Sobre cómo se alimenta esta nueva especie existen todavía ciertas duras. Algunos expertos consideran que probablemente se alimenta de la bacteria que vive en los hilo tipo cabellos de sus pinzas.

Pero observaciones de su comportamiento sugieren que se puede tratar de un carnívoro general. Segonzac afirmó que él y sus colegas vieron al animal luchando con otras dos langostas por un pedazo de camarón.

Como ocurre con otras especias que viven en profanidades abisales de los océanos, este ser vivo recientemente descubierto es ciego. Los investigadores descubrieron que sólo tenía el «vestigio de una membrana» en lugar de ojos.

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